Un museo para la gente

Luz Marie Bonadíes

Autor: Daniela Truzman
Foto: Luis Cantillo

Aclara sin complejos que no es artista, sino una apasionada por el arte y por mejorar la calidad de vida de los panameños. Lo anterior, aunado a su perspectiva como visitante del museo y su sensibilidad hacia los temas culturales, la convirtió en la directora ejecutiva del Museo de Arte Contemporáneo (MAC), desde donde se ha propuesto romper con la idea elitesca y acartonada que suele estar asociada a los recintos artísticos para hacer de este una experiencia mucho más accesible.

¿Cuál fue tu visión que te diferenció y te permitió llegar a la dirección del museo?

Era una visión desde la ciudadanía. Venía y veía desde afuera lo que la mayoría de la gente ve. Siempre he sentido que no soy artista, pero estoy muy conectada con el arte. He vivido la escena del arte muy desde la barrera y eso me ha dado una perspectiva del ecosistema. También me asesoré mucho con personas que sí sabían de arte. Hoy en día, el museo es una plataforma artística y educativa para la comunidad creativa y todos los habitantes de Panamá. El eje central es la gente. Todo lo que hacemos es para la gente, para que lo disfrute, lo aprecie, lo aproveche, se eduque y tenga acceso libre a la cultura. Ahora más que nunca, sentimos que Panamá necesita dar ese salto a tener accesibilidad cultural.

¿Cuál es tu percepción de la evolución de la movida cultural en Panamá?

La escena ha evolucionado de manera muy dispersa e informal, con apoyo de iniciativas privadas. Al museo le ha tocado difícil porque ha tenido que construir credibilidad con los artistas que ya de por sí no la tenían y construir audiencia con gente que no tenía idea de que había un museo en Panamá desde hace décadas. Nuestra idea es que encuentren ese acompañamiento, esa inspiración en el museo y que finalmente haya un ecosistema un poco más equilibrado.

¿Cómo relacionas el arte con el ejercicio de la ciudadanía?

El acceso a la cultura es un Derecho Humano. No se puede ser autocrítico o tomar decisiones importantes para ti, para tu familia, para tu ciudad, para tu país y ser un buen ciudadano si no tienes un contexto o algo que te motive. Me parece que estar expuesto a la cultura y al arte influye muchísimo en el tipo de ciudadano que vas a ser. El arte, sobre todo el contemporáneo, es la herramienta para que los artistas expresen lo que ven y hablen de temas relevantes y tú puedas nutrirte de eso.

¿Qué relevancia tiene la ubicación del museo?

El museo está en una posición geográfica muy importante en la ciudad, y esto salió incluso en muchas de las encuestas y los conversatorios que hicimos para entender por qué la gente no venía. La Avenida de los Mártires es una división de la ciudad que separaba el lado gringo y el lado panameño. Entonces, el hecho de que el museo esté allí, representa, en términos de identidad, algo muy fuerte. Porque es el único museo de arte y está del lado que no le permitían entrar a los panameños. Hoy en día estamos acá, tratando de hacer patria desde aquí. Es un mensaje súper poderoso.

¿A qué retos te has enfrentado siendo una mujer joven que está a la cabeza de una institución de esta envergadura?

La verdad es que he sacrificado muchas horas con mis hijos y con mi esposo. Aunque trato de integrar a mis niños porque entiendo que estoy haciendo esto para las futuras generaciones y ellos son parte de eso. En cuanto a ser joven, algunas personas lo pueden ver como falta de experiencia; siempre está el tema de que tengo que mostrarme como una persona muy seria y fría para que me tomen en serio, cuando en realidad no soy así. Sin embargo, también me encontré con el otro lado de la moneda. Personas que me dijeron: “tú representas a este nuevo público que queremos traer al museo” y así es.

¿Cómo es la Panamá que sueñas?

Menos inhóspita para los peatones, más interconectada. Me emociona muchísimo pensar en conectar, por ejemplo, la Avenida 5 de mayo con el museo. Sin duda, mi sueño más grande para la ciudad es que sea más organizada y sea vivible, agradable, que puedas salir a la calle y no sentirte estresado por los pitos, que te van a atropellar, que alguien te va a gritar o te van a robar. Sentirte seguro y a piacere.