Asumirnos como notas de paso

Danilo Pérez

Autor: Daniela Truzman
Foto: Luis Cantillo

Si hay dos cosas inalterables en la vida de Danilo Pérez son su pasión por la música y su amor por la educación. Juntas han convertido a este compositor y pianista en un activista social, reconocido por la Unesco como Artista por la Paz y embajador cultural de la República de Panamá. A los 12 años de edad, comenzó a trabajar en la orquesta de su padre. A los 20 recibió una beca Fulbright para estudiar en los Estados Unidos. En 2003 fundó el Panamá Jazz Festival con la intención de traer músicos de talla mundial a su país e impartir talleres educativos. Y aunque en el jazz la improvisación es más que bienvenida, Pérez tiene un plan muy claro: utilizar la música como herramienta para encaminar la vida de niños en situación de riesgo, meta que persigue a través de la fundación que lleva su nombre.

¿Qué recuerdos tiene de su infancia en Panamá?

Recuerdo una ciudad con menos tráfico y menos ruido en la que me sentía mucho más seguro. Las distancias, que ahora se sienten lejanas por el tráfico, se veían más cortas. Me acuerdo de esa vida un poquito más simple, donde ir a Veracruz, a la playa, era un tremendo regalo. Recuerdo ir a San Miguel a visitar a mi abuela materna y a Pueblo Nuevo a visitar a mi abuela paterna. Las serenatas que dábamos con mi padre el Día de la Madre, y la cantidad de años nuevos que pasé en el club Unión tocando con él en la orquesta. Recuerdo a mi primera profesora de piano, Cecilia Núñez. Anhelo esos tiempos en el conservatorio.

Y en la actualidad, ¿cómo mantiene viva la relación con la ciudad?

Me he convertido en un activista social; desde me fui en el año 84 empezaron a pasarme cosas muy rápido y siempre pensé: quiero compartirlo con mi país, quiero ayudar a mi gente. Ha sido una relación de trabajo, de compromiso y de responsabilidad. Ahora se ha formalizado, ¿por qué? porque yo nací en ese ambiente. Mis padres son educadores, creo que me relaciono con Panamá a través de la educación.

Usted es un conocido defensor de la música como agente de cambio social, ¿qué tiene la música que transforma a los seres humanos?

Mi base viene de mi padre, que escribió una tesis de cómo se hace el cambio a la sociedad a través de la música. Las amistades que tuve de chico eran compañeros del vecindario y yo los llamaba a compartir en mi casa. Eso lo he llevado conmigo toda la vida. Si, por ejemplo, hay niños que tienen potencial de convertirse en gang members (pandilleros) ellos a través de la música pueden reemplazarlo y utilizar todo su talento para estudiar un instrumento musical y así redirigir sus metas a través de la música. La música te salva la vida.

¿Cómo fue la composición del tema La Muralla, estrenado con motivo de la celebración de los 500 años de Panamá?

El año pasado hice un viaje a Chile con mi familia y visitamos el volcán de Osorno. Pasamos el nivel donde están las nubes y me entró la sensación de haber llegado a la nieve eterna. Así que fui corriendo a buscar mi teléfono y cantarlo. De ahí nace esta composición que tiene que ver con cómo el ser humano ha edificado muchas murallas y límites para mantener la división y cómo Panamá en realidad es un país que ha redefinido la terminología de frontera. Al estar encima de las nubes, me dí cuenta de que Panamá representa la esperanza. En la música hay algo que se llama “notas de paso”. Cuando tú haces, por ejemplo: Do, Re, Mi, ese “Re” es una nota de paso. Eso es lo que es el panameño. Somos notas de paso y cromáticas, adornos de la esencia. A veces no entendemos nuestro potencial, por eso mismo las cosas llegan y se van y no lo vemos como una oportunidad.

¿Cómo es la Panamá que sueña?

Sueño con más igualdad. Es un reto, porque quiero ver un país más equitativo, donde perduren los modelos sostenibles de desarrollo humano. Nosotros somos cuatro millones de personas, pudiéramos estar a la vanguardia de las plataformas y los modelos de cómo los seres humanos pueden interactuar. Sueño que no exista la pobreza, que se cree una ley de salud que incluya la música, que sea para todo el mundo y que esta sea el lente con el que miras la sociedad. La música es un instrumento que te ayuda a desarrollarte como ser humano.