maestro en integrar el arte en la ciudad

Carlos Cruz-Diez

Autor: Daniela Truzman
Foto: Rafael Guillén

Cruz-Diez tuvo una relación especial con la luz y el color. Este último aparece y desaparece en sus obras ante los ojos del espectador mientras se desplaza, haciéndolo parte vital de su discurso artístico. Sus modernas creaciones pueden encontrarse en países como Alemania, Colombia, Corea del Sur, España, Estados Unidos, Francia, Perú y Venezuela. Pero no se trata de lienzos colgados sobre una pared. Sino de integraciones del arte con el espacio público. En Panamá, donde se encuentra uno de sus talleres desde el año 2009 (el otro está en París), creó la reja perimetral del PH Aqualina en Punta Pacífica, llamada Cromoestructura VerdeAzul (2012), intervino los pasos peatonales frente al Parque Omar (2013), realizó la ambientación cromática para la tercera fase de la Cinta Costera (2014) con los pisos de “Inducción cromática” en dos de los miradores y la “Cromovela”, y participó en la creación de la fachada del Kenex Plaza (2016), que brinda un espectáculo cromático a los transeúntes de Obarrio. El maestro del color falleció en París el 28 de agosto de 2019.

¿Qué lo motivó a integrar su arte al espacio urbano?

El soporte del arte no es solamente una tela colgada a un clavo en un muro. El arte tiene muchas vertientes y la calle es ideal para comunicar masivamente el discurso del artista y darle poesía a lo que rutinariamente transitamos. Comencé en Caracas en los 70 y he continuado integrando obras a la arquitectura y a los espacios públicos en diferentes ciudades del mundo.

¿Cómo fue la integración de sus obras en Panamá?

Mi experiencia en Panamá fue enriquecedora, fue muy placentero poder haber dejado cuatro obras integradas al espacio urbano, que pueden servir de ejemplo para que los promotores y autoridades inviten a los artistas panameños a realizar obras en espacios públicos para darle poesía y referencias a una ciudad que crece vertiginosamente.

¿En qué año fue su primera visita a Panamá? Durante su estadía, ¿qué le gustó de la ciudad?

Vine a Panamá hace más o menos 40 años. Hoy en día, no es ni sombra del pasado, es una ciudad pujante y llena de oportunidades. La geografía del país es muy bella, hay muy buenos hoteles y excelentes restaurantes de todas las nacionalidades. En Panamá se consiguen todos los productos del planeta, cosa que no es muy común.

En su experiencia, ¿qué ocurre con las ciudades (y con sus ciudadanos) cuando el arte sale del lienzo y toma las calles?

Cuando las obras de arte van a la calle, la gente se apropia de ellas, las defiende y se convierten referencia de la vida cotidiana. Por eso cuando se dañan a o las destruyen, la gente protesta, porque le quitan parte de sus vivencias.

¿Cómo imagina que puede llegar a ser la ciudad de Panamá?

Dado la velocidad de crecimiento, las normas constructivas deben ser muy bien pensadas y de riguroso cumplimiento, de lo contrario, puede volverse una ciudad caótica.

¿Cómo es la Panamá que sueña?

Pienso que Panamá, dada su belleza natural y su situación geográfica, si hubiese la voluntad, porque dinero hay, pudiese hacer un intenso programa de arte y cultura. El país podría convertirse en una referencia mundial de actividad cultural. Habría mucho turismo cultural y los artistas panameños podrían mostrar sus obras y ser conocidos internacionalmente.