Reflexiones desde la esquina

Rubén Blades

Autor: Daniela Truzman
Foto: Luis Carlos García

Su voz ha acompañado al país en los momentos más importantes de su historia contemporánea. Sus letras supieron reflejar el sentimiento de los panameños y unirse al latir de millones de latinoamericanos. Su nombre estará ligado por siempre a los anales de la salsa. Escritor, cantautor, actor, abogado y político, Rubén Blades ha vivido mil vidas y en todas ha sabido portar con orgullo la bandera de Panamá.

¿De qué forma influyó su barrio en la construcción de su rol como ciudadano?

En mi barrio todas las madres estaban pendientes de lo que hacíamos sus hijos. Se comunicaban entre ellas e intercambiaban información y eso ayudaba a evitar que nos metiéramos en problemas. Todo el barrio trabajaba. Todos los jóvenes íbamos a la escuela. Había algunas familias que tenían más que otras, pero el ambiente era uno de esfuerzo y honradez. En la casa nos disciplinaban. Había consecuencias cuando actuábamos mal. Entre mis amigos y vecinos, se respetaba más el talento y el carácter de la persona que su apariencia. Todo eso me ayudó a crear criterio desde joven y a no deshonrar lo aprendido como adulto.

¿Qué hace especial a la ciudad de Panamá? ¿Hay algo aquí que no se encuentre en otro sitio?

Crecí en otra época, cuando parecía que todo el mundo se conocía o podía ser conocido o reconocido. Llegamos al primer millón de habitantes en el país cuando yo tenía doce años. La ciudad creaba entonces solidaridad y empatía. Por eso, la calidad de vida era mejor. Crecer en un lugar así fue un privilegio. Aquí en Panamá están representadas todas las razas y países del mundo y las posibilidades para crear y tener éxito están presentes, en todas sus vertientes y posibilidades. Pero esa característica se ve afectada y detenida por la presente corrupción, política y social.

¿Cómo descubrió que la música podía ser un agente de cambio social?

Por los músicos de Brasil, desde el Jongo Trio a Chico Buarque de Holanda. Piero, de la Argentina. Ellos comentaban de la ciudad y de la realidad de su país a través de la música.

Aparte de una amplia carrera musical, usted también ha incursionado en la política. ¿Cree que el panameño debería asumir un rol más activo en cuanto a sus responsabilidades con su ciudad y con su país?

No es que lo crea solamente: es un deber de todos el proteger nuestra libertad y mejorar nuestra sociedad y sus condiciones y así garantizar su existencia para las generaciones futuras. Si no lo hacemos, no habrá Panamá.

¿Cómo es la Panamá que sueña?

Solidaria. Más áreas verdes, calles libres de basura y con aceras, menos ruido, menos tránsito vehicular, más orgullo cívico, como el que vi creciendo, cuando a las seis de la tarde arreaban nuestra bandera en la Plaza 5 de mayo y espontáneamente los carros y la gente se detenían a esperar a que se cumpliera el acto.