La espiritualidad cambia el mundo

Janet Vázquez

Autor: Karin Caballero
Foto: Eduardo Molino

Posee triple nacionalidad, nació en México, de padres españoles, llegó a Panamá cuando tenía 12 años de edad y decidió nacionalizarse. Estudió Comunicación Social en la Universidad Santa María la Antigua y posee una maestría en Dirección y Producción de Cine, Radio y TV de la Universidad de Panamá. Ha ejercido como periodista, presentadora de televisión, actriz y actualmente es locutora de radio. Es miembro de la Asociación Gallega de Actores. Organizadora del Festival de la India en Panamá, del movimiento Hare Krishna de la Sociedad Internacional para la Conciencia de Krishna (ISKCON) que lleva 15 años realizándose en nuestro país.

¿Cómo te enamoraste de la cultura hindú?

Desde pequeña, cuando visitaba el Templo Hindú de El Dorado sentía mucha paz y se convirtió en amor a primera vista, aunque no supiera mucho de eso. Además, soy vegetariana desde los 12 años de edad y fui descubriendo que esta es una parte muy importante dentro de la espiritualidad hindú: Respetar a todos los seres vivos. Me considero afortunada por haber conectado todo esto desde una edad tan temprana.

¿Por qué decidiste iniciarte en el hinduismo?

Después de todas las señales que me daba el destino, una buena amiga me habló de la espiritualidad de la India y que más que una religión era un movimiento cultural y filosófico al que asistían personas de diferentes nacionalidades, religiones y creencias. Soy una mente muy abierta, dispuesta a aprender, así que les pedí que me llevaran a conocer el templo Hare Krishna. Desde ese día todo cambió para mí, me involucré en todas las actividades del movimiento. Poco a poco me fui convirtiendo en la relacionista pública y quedé involucrada en la organización del Festival de la India de Panamá. Por todo esto es que desde hace cuatro años tomé la iniciación que es una hermosa ceremonia de fuego, para adquirir más compromisos y responsabilidades, especialmente para enfocarse más espiritualmente y compartir este conocimiento con los demás.

¿Cómo consideras es la relación de esta comunidad con el resto de las culturas que conviven en la ciudad?

Gracias a Dios, la relación de la comunidad hindú en Panamá es de las mejores y más respetuosas que conozco en el país, a pesar de que parecen tan diferentes, al final las diferencias son sumamente superficiales y no crean impacto. Lo bueno está por dentro y al final los seres humanos somos el alma y no lo que se ve a simple vista. Cada año asisten miles de personas al Festival de la India en Panamá y es hermoso compartir tanto amor.

¿Qué es lo que más te gusta de esta cultura y por qué?

La parte espiritual. Me fascina su cultura, su música, su gastronomía, sus bailes, su colorido. Pero lo que me impacta más es su espiritualidad milenaria. Saber que estamos leyendo los mismos libros que hace cinco mil años que responden preguntas trascendentales que nos vamos haciendo a lo largo de nuestra vida: de dónde venimos, cual es el propósito de la vida, qué es el alma, que hacemos aquí. Es simplemente sublime saber que The Beatles, científicos como Albert Einstein, Thomas Alba Edisson, Ralph Waldo Emerson y pacifistas como Gandhi y Nelson Mandela, disfrutaron de estos libros.

¿Cómo es la Panamá que sueñas?

La ciudad de Panamá y sus habitantes tenemos un potencial increíble. Sueño con una educación de calidad, y que mejores condiciones lleguen a todos sus habitantes, así como una ciudad más tolerante y más respetuosa con los animales. Creo que hay un par de personas muy poderosas en el país que saben que hay un potencial y tienen miedo de que las personas se eduquen, crezcan y desarrollen todas sus capacidades, por eso desean mantenerlas en la ignorancia, para sus propios beneficios individuales. Por eso, sueño con una ciudad sin miedo, con mejor educación y más calidad de vida y que cada miembro tenga la oportunidad de explotar al máximo la mejor versión de sí mismo y la comparta con el resto.