Una vida dedicada a las tablas

Roberto King

Autor: Daniela Truzman
Foto: Eduardo Molino

Conocido por ser el motor del Festival Internacional de Artes Escénicas (FAE), Roberto E. King llegó al teatro mientras estudiaba en la Universidad de Panamá, cuando formó parte del Teatro Taller Universitario y Los Trashumantes. Luego fue parte de la Junta Teatral Victoriano, donde, además, trabajó en el área de producción y de búsqueda de patrocinios. Aquello de la producción teatral se le daba bien, por lo que fue fue invitado a formar parte de la filial centroamericana del Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral (CELCIT), en donde se propuso la realización de un festival itinerante anual para desarrollar el movimiento teatral del área. Este sería el origen del FAE, que tuvo su primera edición en el año 2004. En paralelo, King ha sido parte activa en proyectos como el Cine Universitario del GECU, el Festival de Cine Icaro Panamá, la Asociación de Teatristas de Panamá y el Festival de Congos y Diablos de Portobelo, por mencionar algunos.

¿Por qué es importante traer teatro internacional al país?

Una de las razones es precisamente retroalimentar, actualizar a los teatristas y estudiantes de teatro que andan en busca de entender y practicar un teatro que además de entretener, busque provocar reflexión, pensamiento, discusión, cambio mental, a través de grupos internacionales de alto nivel, que no solo presentan sus espectáculos, sino que también ofrecen talleres, clases maestras, seminarios y charlas sobre su trabajo.
Tener un festival internacional de artes escénicas potencia y actualiza el desarrollo del teatro y la danza nacionales, incentiva la formación de un público más exigente e informado, es un atractivo para artistas, especialistas y turistas culturales internacionales, aporta positivamente a la economía y el desarrollo de la ciudad y del país, da respuesta a las demandas de ocio y entretenimiento de calidad y ayuda a convertir a nuestra ciudad en un espacio óptimo para el disfrute habitual del arte y la cultura de Panamá y del mundo.

A lo largo del tiempo, ¿cómo ha sido la recepción de las actividades al aire libre que se organizan en el FAE?¿Deberíamos tener más teatro en la calle?

Queremos que el festival sea cada vez más popular, que llegue a todos los sectores, que sea considerado un evento de todos y para todos, democrático y accesible, y por ello venimos haciendo énfasis en mantener una programación creciente y gratuita al aire libre, la que desde 2016 ha tomado a distintas plazas y parques como escenario, ofreciendo jornadas artísticas que incluyen teatro, danza, circo y magia para toda la familia, con una respuesta creciente de públicos diversos.

¿Qué necesita el teatro panameño para que se desarrolle en términos de contenidos y búsquedas artísticas?

Debe recibir apoyo del Estado a través de políticas culturales actualizadas, serias y permanentes, que deberían estar contenidas en una Ley Nacional de Cultura. Por ejemplo, fondos concursables para realizar montajes, talleres de escritura de obras, programas de circulación nacional e internacional, precios accesibles para usar los teatros gubernamentales, capacitación con maestros internacionales, reforzar la enseñanza teatral y otorgar becas para estudiar artes escénicas afuera, crear incentivos para que la empresa privada encuentre rentable patrocinar teatro, son acciones posibles y que facilitarían el camino a los creadores que quieren llevar a escena montajes más trascendentes, pues de todos es sabido que es más fácil mercadear una comedia que un drama.

¿Cómo es la Panamá que sueña?

Educada, culta, cosmopolita, desarrollada de manera integral, no solo en los habituales términos económicos que nos encumbran en cualquier medición internacional, sino también descollante en cultura, arte y educación.