Una vida dedicada a todas las facetas de la música

Roberto Delgado

Autor: José María Torrijos Legazpi
Foto: Luis Cantillo

Es reconocido como el director de la orquesta que acompaña a Rubén Blades en sus discos y conciertos (así como por ser jurado de un concurso de talentos de la televisión local); sin embargo, su trayectoria va mucho más allá. Durante muchos años, este múltiple ganador del Grammy fue el ingeniero que grabó gran parte de los éxitos que sonaban en Panamá. Hoy en día, además de tener su propia agrupación, es un cotizado arreglista y productor. Quizás no todos lo logran; pero Roberto Delgado demuestra que al final, con mucho esfuerzo, paciencia y algo de suerte, el que tiene talento triunfa y vive de la música.

Naciste en Chiriquí y luego llegaste a la ciudad de Panamá, ¿a qué sonaba la capital en ese entonces?

Nací en Chiriquí; pero hicimos un viaje familiar a la ciudad cuando tenía entre seis o siete años de edad. Mis hermanos y yo quedamos muy impresionados con el puente de las Américas y todas las edificaciones que vimos (hotel El Panamá, Universidad de Panamá, etc.). No es nada comparado con la metrópolis que es actualmente; pero para nosotros, que veníamos del interior, fue un viaje inolvidable. Yo vine a trabajar a la ciudad en el año 1986 luego de estudiar en México y Estados Unidos. En ese entonces la ciudad gozaba de una economía muy pujante y había mucho movimiento en el ámbito artístico y musical. Habían grupos y orquestas en vivo en bares, discotecas, hoteles y restaurantes.

Tienes una carrera musical de varias décadas, ¿qué implicaba ser músico en la ciudad de Panamá cuando comenzaste y qué implica serlo en la ciudad de hoy?

Este año cumplo 45 años en la música, profesionalmente hablando. En la década de 1980, además de las presentaciones en vivo, en el estudio de grabación se hacían producciones y jingles a diario por lo que había una gran demanda de músicos. Luego vino la crisis política en 1988, que culminó con la invasión en diciembre de 1989, y todas las actividades artísticas cesaron.
Nos costó mucho volver a echar a andar y recuperar el ambiente musical en la ciudad; pero nunca volvió a ser lo mismo. Con la introducción de los instrumentos electrónicos y la música por computadora, sufrimos otro golpe; pero muchos seguimos luchando y trabajando contra viento y marea. A fines de la década del 90, con la apertura de casinos en toda la ciudad, hubo otro boom. Esto se mantuvo así por varios años hasta que, por la situación económica, la masificación del Internet, las nuevas tecnologías y los cambios en la industria del disco (sumado a la popularización de géneros musicales que no necesariamente emplean músicos en vivo), nos encontramos nuevamente atravesando otra crisis.

Tu profesión te ha llevado a recorrer distintos puntos del planeta, ¿ver otros sitios ha cambiado tu percepción de la ciudad?

Gracias a nuestro trabajo hemos conocido muchísimos países y lugares interesantes; pero, a pesar de todos los problemas que puedan existir y las cosas que nos faltan por hacer para mejorar, me encanta vivir en Panamá. Siempre que viajamos llega un momento en el que ya deseamos regresar.

¿Qué músicos que hayan hecho su carrera en la capital consideras que deben ser recordados. ¿Por qué?

La lista es algo larga: Alberto Galimany, director de la primera Orquesta Sinfónica de Panamá en 1918 y autor de grandes obras; Armando Boza, director una de las grandes orquestas de música popular en Panamá; Avelino Muñoz, gran impulsador de talentos que, además, difundió la música panameña y representó a nuestra patria en los distintos países donde creó orquestas; Lucho Azcárraga, por ser un músico y compositor que impulsó el folclore a nivel popular; Francisco Buckley “Bush”, fallecido hace poco más de un año. En la lista debe estar Cutito Larrinaga, cantante y guitarrista; y, por supuesto, Rubén Blades, el mayor representante de la música de Panamá en el extranjero.

¿Cómo es la Panama que sueñas?

Una ciudad donde la cultura se manifieste en todas sus formas.