Paladina de los libros
Orit Btesh
Autor: Daniela Truzman
Foto: Javier Sucre
La presidenta de la Cámara Panameña del Libro (Capali), Orit Btesh, está empeñada en crear nuevos lectores. Se embarcó en esa aventura hace muchos años cuando pasó de ser la mamá que organizaba cursos de verano para sus hijos y otros niños a la empresaria dueña de El Hombre de la Mancha, una de las cadenas de librerías más importantes del país. Tiene bajo su responsabilidad la organización de la Feria Internacional del Libro, un evento anual que, durante seis días, mueve a cien mil de personas alrededor de una sola cosa: el amor por la palabra escrita.
¿Con cuál lugar de la ciudad de Panamá siente una conexión especial?
Me encanta el Casco Viejo. Es mi lugar favorito. También hay un spot en el Causeway donde te paras y ves los dos mares y el Puente de las Américas. Cuando estábamos chiquitos y llevábamos a algún turista extranjero solíamos bromear diciéndole: “Mira, ese es el único lugar del mundo donde te paras y ves de un lado el Pacífico y del otro lado el Atlántico” y la gente se lo creía (risas). Esa sensación de que Panamá une al mundo es algo que me apasiona.
¿En qué momento la lectura se convirtió en su misión de vida?
Siempre he tenido complejo de Don Quijote que iba luchando contra los molinos de viento y quería cambiar el mundo. Soy muy nacionalista y creo que cada ser humano debe tener sentido de pertenencia con la ciudad donde vive y debe cuidarla. Eso se proyecta en entregarle algo a la ciudad. El nivel de educación en Panamá era muy bajo. Yo tengo cinco hijos, cuando los primeros tres eran pequeños tenía que ir a Estados Unidos a traer maletas de libros. Entonces empecé a hacer campamentos de verano, que en esa época no existían (mi hija mayor tiene 33 años de edad) y empecé a inventar. Cada verano creaba algo para que mis hijos recibieran educación; pero no solamente para ellos, sino que invitaba a muchos niños. Decidí que la única forma de cambiar la sociedad es invirtiendo en el cambio, eso no es fácil y la cultura no es un rubro al que la gente le importa, la empresa privada invierte poco en cultura, pero yo soy una apasionada, por eso decidí abrir El Hombre de la Mancha. Empecé a hacer “la hora del cuento”, cursos de verano y me di cuenta de que los padres no leían, pero sí traían a los niños a escuchar los cuentos. Esa mamá se sentaba en la cafetería y de repente hojeaba un libro para no perder el tiempo, y poco a poco hasta los padres empezaron a leer. Ahora estoy empezando a disfrutar a mi generación de Harry Potter, porque esos fueron mis primeros “clientes”; los niños que llegaban a “La hora del cuento”, a esa actividad de Harry Potter que tuvimos en la primera tienda que monté. Hoy en día son adultos lectores.
Años después la ciudad tuvo su primera Feria del libro, ¿cómo ha vivido la evolución de este evento?
Cuando tomé la presidencia de la Cámara Panameña del Libro hace ocho años, la de 2019 fue mi novena feria, sentía que le había que imprimirle más fuerza al evento. Así que me dirigí al gobierno y a la empresa privada para convencerles de que valía la pena invertir en la feria. Me ha costado muchísimo, no hemos tenido ayuda, aunque el Presidente inauguró la más reciente edición. He logrado el apoyo de todas las embajadas, de todo el cuerpo diplomático, tocando puertas convenciéndolos de que nos traigan una muestra de sus países.
Y cada vez van más personas a la feria.
Estoy sumamente orgullosa porque Panamá tiene la cuarta Feria del Libro más importante en Latinoamérica. Primero está Guadalajara, México; le sigue Buenos Aires, Argentina; luego, Bogotá, Colombia y después Panamá.
¿Cómo es la Panamá que sueña?
Una ciudad en donde pueda caminar en la calle y haya ese ambiente de respeto, una ciudad limpia; una ciudad donde todos seamos iguales. Creo que la igualdad y el respeto al prójimo son la base para que una sociedad tenga una mejor ciudad. Si todos nos unimos, yo creo que podemos lograr ser una urbe ejemplar.