Música para despertar la raíz

Miroslava Herrera

Autor: Luis Burón Barahona
Foto: Javier Sucre

Miroslava Herrera es una mujer polifacética. Actriz de teatro, cantante, historiadora, periodista. Nació en Aguadulce y creció en San Antonio, las afueras de la ciudad. Ese entorno rural, junto con sus vecinos, forjaron a esta artista que, junto a su grupo, Afrodisíaco, ganó la gaviota de plata de Viña del Mar por mejor canción folclórica y obtuvo una nominación a los Latin Grammy por mejor álbum folclórico.

¿Tuvo alguna incidencia el lugar en el que creciste en tu interés por la historia y por la música?

Sí. Una de las chicas del grupo, una de las mayores, tocaba la guitarra y nos reuníamos en torno a ella para cantar. Las más chicas hacíamos coreografías de música pop para divertirnos. La música era un juego.

Fuiste documentadora histórica en la ampliación del Canal y ahora estás en comunicación, ¿cómo logras manejar tu tiempo entre la Autoridad del Canal de Panamá y Afrodisíaco?

Es un balance de horas aprovechadas al máximo. Durante el día, me dedico a mi trabajo en el Canal de Panamá. Soy escritora y siempre estoy investigando, leyendo, entrevistando. Luego que salgo, mi bebé me da el bálsamo de su sonrisa y sigo con Afrodisíaco y lo que queda pendiente.

¿Qué lecciones históricas te dejó la ampliación?

Que esa cosa grandiosa que es el Canal de Panamá está hecho de los esfuerzos de la gente. De cotidianidades llenas de ilusión, de esperanza.

¿Qué representa Afrodisíaco en relación a la historia de esta ciudad?

La música de tambor está en en el alma de la ciudad de Panamá. Desde su fundación, está conformada por los hombres y mujeres descendientes de los africanos esclavizados traídos en la época de la colonia española, por migrantes de la campiña y por los inmigrantes de otros países que llegaban aquí por la ruta interoceánica. El tambor aquí es como un latido compartido.

Su lema es ‘Sin raíz no hay país’. ¿Qué tan olvidada está nuestra raíz?

Está dormida más que olvidada. Nuestra educación ha estado orientada hacia el aprovechamiento del mercado laboral en lugar de forjar una conciencia civil e histórica y eso produce ciudadanos que ignoran de dónde vienen, que no comprenden los acontecimientos. Eso hace que la raíz se adormezca. Por eso tocamos tambor, ¡para despertarla!

¿Hay cultura en esta ciudad? ¿Cómo es el futuro de la cultura?

Hay cultura en todos los rincones de la ciudad pero está como decía, adormilada. Hay mucha necesidad de promoción cultural porque ella provee lubricante social que armoniza las relaciones que aquí se dan. Veo un futuro en el que esa necesidad crece mucho más.

Primero Viña del Mar, después los Latin Grammy, ¿qué significa participar en ese nivel con la música panameña?

Es llevar nuestra raíz mestiza como estandarte. Es mostrar la cara cultural de Panamá ante el mundo. Tenemos un patrimonio musical que merece ese reconocimiento.

¿Cómo es la música panameña?

Polirítmica. Nuestra música, como nuestra sangre, tiene golpes africanos, antillanos, europeos, originarios. Es un gran río de influencias que fluye con fuerza por los caminos de este país.

¿Existe aún relación entre la música panameña moderna y la de antaño?

Sí la hay. En el reggaetón escuchas el tambor afrodescendiente aunque las líricas sean algo pobres, se escucha el latido del tambor muy presente.

¿Cómo es la Panamá que sueñas?

Un ciudad que tenga refugios verdes y culturales. Una ciudad que alegre y que enamore por la chispa de su gente y lo curioso de sus historias. Una ciudad feliz.