Crecer a través de la danza
Marlyn Attie y Analida Galindo
Autor: Monica Guardia
Foto: Eduardo Molino
A Analida y Marlyn las une su pasión por la danza y el deseo de abrir oportunidades a jóvenes talentosos de comunidades en riesgo. Juntas dirigen la Fundación Espacio Creativo (FEC) que promueve el desarrollo de coreógrafos panameños a través de la interacción con bailarines iberoamericanos. Analida es fundadora del Programa Enlaces, que busca darle oportunidades a jóvenes a través de la danza. También es directora de la Academia de Danzas Steps y co-directora del Festival Internacional de Danza Contemporánea de Panamá, PRISMA. Marlyn es bailarina fundadora de la Compañía de Danza Contemporánea MOMENTUM. También es profesora en el Programa Enlaces. Ha participado en una variedad de eventos realizados en España, Costa Rica, Guatemala, y Estados Unidos, entre ellos “Las Mariposas Ya No Viven Aquí”, de la cual fue productora.
¿En qué sitios transcurrió tu niñez?, ¿cómo recuerdas que era la vida en la ciudad?
Analida: Vivía en Altos del Golf y pasaba gran parte del tiempo en la academia de Teresa Mann, en San Francisco. Era una ciudad más tranquila, asequible, menos caótica. Los padres nos daban más libertad. Yo caminaba por el barrio y solamente debía asegurarme de estar en casa antes de que oscureciera. Creo que hoy en día, el celular y las redes sociales han fomentado un estado de tensión constante. Antes, como no podíamos comunicarnos por teléfono en tiempo real, el tiempo tenía otro valor y se generaban relaciones y estados que ahora son difíciles de conseguir.
¿Recuerdas alguna experiencia especial de tu niñez que te haya impactado?
Marlyn: Sí. Recuerdo una experiencia casi surrealista que tuve en mi infancia, cuando salí a comprar telas con mi mamá a la Avenida Central. Me sentí muy impresionada con la energía del ambiente, con la gente, la música, y sobre todo, con los larguísimos rollos de tela, sus texturas y colores. En un momento, me fui metiendo en un laberinto de rollos, adentrándome, hasta que me separé de mi mamá sin darme cuenta. Volví a la realidad cuando escuché su voz desesperada que gritaba: “¡MARLYNNNNNNNN! “
¿Qué les gusta más y menos de la ciudad?
A: Me gusta la gente, el sabor, el ritmo, la alegría y sonrisas de la gente. Comparado con otros sitios que he conocido, aquí todavía se siente tranquilidad para caminar por la calle o sentarse en la terraza de un restaurante. Algunos extranjeros me han comentado que en sus países no se puede hacer eso. No me gustan los rascacielos, o que no haya aceras para caminar. Me hace falta que la ciudad respire cultura; que haya más teatros, más exposiciones de arte, más cine independiente. Hay mucho concreto, pero poco contenido, y a veces siento que me ahogo.
M: Me gusta el área de Paraíso, por donde están las esclusas de Pedro Miguel; La Cresta, donde vivo, y el área de Santana, donde he encontrado un potencial que me gustaría seguir explorando. Me gustaba la Avenida de los Poetas, antes de la Cinta Costera III.
¿Cómo es la Panamá que sueñan?
A: Sueño con una ciudad que respire cultura, que no se rinda, que no sea conformista, que ame las letras, que añore conocimiento, que sea unida, que busque reinventarse y sea orgullosa pero con visión de futuro.
M: Para hacer una metáfora de la danza, diría que en Panamá vivimos como atascados en el centro del escenario. Para mí, la ciudad ideal sería una en la que cada barrio intentara suplir las necesidades de sus residentes y donde fuera fácil movilizarse entre los corregimientos. Así evitaríamos enfrentar el tráfico.