Cuando la cultura te transforma

Joel Bracho Ghersi

Autor: Daniela Truzman
Foto: Gustavo Ledezma

Como un extranjero que comparte su amor por dos tierras, Joel es un apasionado de la literatura y las artes. El venezolano llegó a Panamá en 2013 para ser parte del departamento de documentación de Articruz (el taller del maestro Carlos Cruz-Diez). Actualmente es responsable de las comunicaciones de este. Con la intención de encontrarse con la literatura local, decidió inscribirse en el Diplomado en Creación Literaria de la Universidad Tecnológica de Panamá, y tiempo después, en conjunto con la escritora Carolina Fonseca, realizó la antología Resonancias. Cuentos breves de Panamá y Venezuela. Fue en el Istmo donde se estrenó como escritor con el libro Tipos raros. En 2019 fue parte de la publicación colectiva Evidencias. Seis cuentistas venezolanos residentes en Panamá y también vio materializada en las pantallas de Eco TV, una idea que tuvo en 2018: una serie documental, en el marco de los 500 años de la fundación de la capital panameña, que mostrara las cosas que nos hacen únicos, llamado Rutas y Colores de Panamá y que contó con la producción de Articruz y el apoyo de Banesco.

¿Por qué es importante hablar de literatura en una ciudad como Panamá?

Con Foro/taller Sagitario Ediciones hemos hecho distintas cosas. Lo usual en las editoriales es que solamente se realice la presentación, pero hemos tenido la preocupación de generar más cosas y pasar de la noticia de que hay un libro nuevo al contenido más profundo, al diálogo entre distintos escritores y es muy interesante. A lo mejor vienen 10 personas u 80, pero hay gente que está interesada, y eso es una fortuna. La literatura sirve para comprender los dolores, las dificultades, las circunstancias, la identidad de un país. La identidad se ve cada vez menos como concepto monolítico, pero justamente la literatura, que se mete con lo particular, permite ver cómo las personas individuales vivieron, sufrieron y armaron su posición en el mundo.

¿Desde la literatura se puede ser un mejor ciudadano?

Creo que la educación de la gente, la formación en cultura para todo el mundo es una manera de hacer ciudadanía, de encontrarse con el otro, de preguntarse acerca de la propia realidad y de plantearse cuestiones acerca del propio ser. Eso puede generar un crecimiento ciudadano. Ahora, no creo que ser culto te haga mejor persona. En cambio, los planes culturales, la difusión cultural, por supuesto que hacen un mejor país.

¿Sientes la necesidad de devolverle algo a la ciudad a través de la cultura?

Cruz-Diez decía que el arte es una aventura sin esperanzas, porque no sabes si cuando dedicas tu vida a un proyecto artístico, este va a trascender y la gente lo va a entender. A lo mejor nadie te compra un cuadro. Creo que en ese mismo sentido, la gestión cultural es una aventura sin esperanza, no sabes si le va a llegar a la gente, si va a generar una diferencia, pero hay que creer que sí.

¿Qué te motivó a hacer la antología literaria de cuentistas de Panamá y Venezuela?

Creo que el intercambio cultural tiene que ser transformador. Yo pongo mi literatura y tú pones la tuya para que las dos crezcan. Como extranjero, uno quiere contribuir al país al que llega. No es soberbia, es una actitud de encuentro. Si le preguntas a mucha gente que ha sido emigrante, es frecuente que te digan “yo amé el lugar a través de su literatu-ra”, el mundo de la cultura es un espacio en donde es fácil generar lazos afectivos.

¿Cómo te ha transformado la ciudad?

De muchas formas, el trabajo en Articruz ha sido de muchísima experiencia, no solo por lo que hago sino por el encuentro con tanta gente. Ya no veo las imágenes como las veía hace seis años. Mi aproximación a la literatura también era teórica. Mi formación es de licenciado en letras o “crítico literario”, entre comillas porque esa es una palabra muy grande, pero yo no sabía que tenía algo que decir en literatura. Este tiempo en Panamá también ha sido el tiempo de conseguir una voz.

¿Cómo es la Panamá que sueñas?

Creo que Panamá ya es la ciudad posible. Sin embargo, sueño con una ciudad que se mueva a ser cada vez más amable para la gente. Sueño con una ciudad que propicie los intercambios y en la que haya más espacio para la cultura.