la danza como herramienta para el cambio

Iván Herazo

Autor: Isaac Melamed
Foto: Gustavo Ledezma

Iván Herazo descubrió la danza a los 21 años de edad. Desde entonces se ha convertido en bailarín solista del Ballet Nacional y profesor de varias escuelas en la ciudad. Actualmente maneja su propia escuela de danza y es el director de la Fundación Danza Nova, en la que le enseña danza a niños y adolescentes en situación de riesgo social. El foco de esta organización se encuentra en el Hogar de la Infancia, en donde Herazo comparte sus conocimientos con 30 niños año tras año.

¿Cómo llegaste con este proyecto de la Fundación al Hogar de la Infancia?

Estábamos buscando niños en situación de riesgo social. Cuando llegamos al Hogar de la Infancia fue donde vimos más carencia de calor humano. La mayoría de los niños que están ahí han sido abusados o sus familias no tienen los recursos para mantenerlos. Me encariñé mucho con el proyecto. Todos los años tengo 30 hijos diferentes.

¿Cómo la danza le ha cambiado la vida a estos niños?

La danza ha tenido el potencial de cambiarles la vida. Yo vivo con cuatro niños que son egresados del Hogar de la Infancia. Ahora son estudiantes en mi escuela de danza y son mis asistentes en el Hogar de la Infancia.
En la edad de ellos son los que más nivel tienen. Han ganado competencias, becas para ir al extranjero a representar el país y han quedado muy bien posicionados. Allá se ganan otras becas para seguir viajando. Les ha dado bastante importancia, les ha mejorado el autoestima. Hemos rescatado niños que tenían un futuro de maleantes o que no seguían estudiando después de los 12 años y por lo menos ellos saben que tienen la vida ganada de esa manera, porque la danza es una opción de vida.

Puede haber estigmatización con respecto a los hombres que bailan algún tipo de danza. ¿Qué tienes que decir al respecto?

Es normal cuando las personas son ignorantes al tema. Si el niño lo acepta, si sabe que tiene ese talento y ese potencial, y él mismo descubre que no es algo negativo, sino que es algo 100 % positivo en su vida, eso es lo importante. Si él está seguro de lo que está haciendo, cualquier cosa que le digan no le afectará, porque también nos encargamos de enseñarles que eso es bueno, que eso les cambia la vida, y que gracias a eso pueden ayudar a sus familias en un futuro para que no siga la cadena de la pobreza y la ignorancia.

¿Cómo ves a futuro el campo de la danza en Panamá?

Cuando yo empecé en el Ballet Nacional no había bailarines panameños. Los varones que habían eran cubanos y dominicanos. Me gané una beca para estudiar en Cuba por dos años y allá vi la misma cantidad de hombres y mujeres en las clases.
Cuando regresé, hablaba con las jefas de las escuelas en las que trabajaba para que me permitieran darles clases gratis a varones adolescentes y niños que tuvieran esas ganas de aprender. Con ese programa, que yo mismo me inventé, fui creando una semilla y muchos de esos alumnos que tuve ahora son mis colegas en la compañía.

¿Cómo es la Panamá que sueñas?

Cada día que pasa tenemos una ciudad más linda, más acogedora, más atractiva y más cómoda para que los ciudadanos puedan transitar. Pero el cambio tiene que ser con los ciudadanos. Hace falta más cultura y más educación en valores. La ciudad que sueño es una ciudad con más oportunidades para todos, en donde podamos convivir en armonía. Con menos delincuencia, con menos “juega vivo”.
La herramienta para lograr eso es el buen ejemplo. Darles el buen ejemplo a los pequeños para que crezcan viendo una manera diferente de manejarse, de tratar a los demás. La cultura y el deporte son herramientas efectivas para lograr esto. Con más apoyo a la cultura y al deporte por parte del gobierno se lograrían grandes cosas.
Para mí la ciudad no son solo los parques, las plazas, las calles y avenidas principales. Para mí la ciudad también está formada por los barrios del centro, que muchas veces están olvidados, rodeados de tanta belleza pero internamente con tantas carencias. La ciudad que yo sueño es una ciudad donde todos tengan oportunidades, con igualdad.