La revitalización del calipso y la evolución musical en la ciudad

Billy Herron

Autor: Daniel Molina
Foto: Pich Urdaneta

Billy Herron, vicepresidente de la Fundación Danilo Pérez, músico y productor, ha dedicado los últimos años de su carrera a reavivar el calipso en Panamá: produjo el disco Cincuenta, que celebra las cinco décadas de trayectoria del combo nacional The Beachers; y lidera un proyecto investigativo, musical y académico sobre el género. También es uno de los productores de TRAMA, un evento que impulsa la industria de la música y que sentó las bases de una evolución del sector. La dimensión educativa de la música, dice Herron -oficial de admisiones de Berklee College of Music-, es imprescindible porque su profesionalización eleva el arte a otro nivel y representa un cambio de mentalidad en la escena local.

¿Cómo describirías el proyecto Nuestros Sonidos y su rescate del calipso?

Por encima de todo, es rico y divertido tocar y escuchar calipso. Tenemos ese plato sonoro que es nuestro y saber que ha estado olvidado por mucho tiempo es una oportunidad para buscar dentro de nosotros mismos quiénes somos, aprender de nuestro patrimonio musical y expresarnos.

¿Es el calipso un sinónimo de mezcla cultural?

El calipso le da presencia y voz a una etnia panameña que creo que por muchos años estuvo bastante oculta. De repente, a través del calipso, que es un género de observación y crítica social, se puede construir una nueva voz de Panamá.

Música en la ciudad, ¿consideras que vivimos un momento crucial?

Siempre ha habido momentos donde la escena está a punto de reventar. En los 90, 2000, por ejemplo, uno creía que algo iba a despegar pero no trascendió al nivel que uno hubiese querido. Ahora estamos en uno de esos momentos donde se perfila un buen norte, la ciudadanía está empezando a guardar respeto por la profesión y esto se puede convertir en algo trascendental para la capital.

Eres oficial de admisiones de Berklee, ¿cómo resaltarías la importancia de estudiar música?

Es importante dar a conocer que hoy en día ser un profesional de la música no es es necesariamente ser un intérprete, sino que existen muchas disciplinas, como organizar espectáculos, escribir canciones o producir un disco. Hay toda una industria, una cadena de valor que permite que todo se lleve al más alto nivel, que se llenen los eventos y que la gente salga de ahí con una buena experiencia.

¿Cuán importante es TRAMA, industria de la música?

Fue una iniciativa muy importante que Ciudad del Saber tomó para poner herramientas valiosas en nuestras manos. En TRAMA estuvieron a flote temas de la industria que no se tocan mucho y se trajeron expositores internacionales. El evento se prestó para abrirnos los ojos, es el comienzo de algo. Nos toca, como ciudadanos y gremio, poner de nuestra parte.

¿Cómo es la Panamá que sueñas?

Una ciudad con mucho menos “juega vivo”, donde todos tengamos acceso a un nivel de educación mucho más balanceado, con la mente más abierta, una Panamá mucho más ordenada, donde el arte tenga más protagonismo que lo material, con un público más sensible, donde haya un poco más de generosidad. Menos fachada y más y mejor contenido.