Reconocer el protagonismo panameño

Ángeles Ramos Baquero

Autor: Mónica Guardia
Foto: Eduardo Molino

Directora ejecutiva y curadora jefe del Museo del Canal Interoceánico de Panamá. Doctorada en historia del arte por la Universidad de Sevilla con la tesis “La Platería Virreinal en Panamá. Siglos XVI al XVIII”; doctora en Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid, España y el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, San Juan Puerto Rico; maestría en Arte de la Universidad de Navarra; bachillerato en Artes, Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.

El Museo del Canal Interoceánico cumplió veinte años en 2017. ¿Cuál ha sido su experiencia como directora ejecutiva?

Ha sido un privilegio. Cuando me uní al proyecto, el museo todavía no tenía piezas. Hoy, somos un referente en la región, una institución que opera con las mejores prácticas científicas y deontológicas, lo que nos ha permitido ser aceptados como miembros activos del International Council of Museum (ICOM), de la American Alliance of Museums (AAM) y convertirnos en la primera institución no estadounidense afiliada al Smithsonian Institution.

¿Qué se siente trabajar en este edificio de casi 150 años de antigüedad?

Es una sensación interesante; te proporciona una energía especial. En ocasiones, cuando llego a las oficinas, trato de imaginar cómo era cuando funcionaba como hotel (Grand Hotel) y las figuras legendarias como el conde Fernando de Lesseps que entraron por sus puertas. Es un edificio bellísimo y uno de los mejores ejemplos de arquitectura francesa clásica de la ciudad.

¿Cómo conceptualiza usted el rol del Museo del Canal?

En general, los museos son instrumentos para el intercambio de conocimiento. Este en especial, fue concebido con el fin de difundir nuestra historia y reforzar la idea de que los panameños sí podíamos manejar el Canal. La historia del Canal siempre había sido presentada como una hazaña de los norteamericanos y nosotros quisimos crear un museo que reconociera el papel protagónico de los panameños.

En esta etapa en que el museo está consolidado, ¿ha habido renovación de propósitos?

Lo que me quita el sueño, literalmente, es el acceso a la cultura. En nuestros países la cultura ha sido por demasiado tiempo la pariente pobre del desarrollo, y ello es como privar a nuestra gente de una parte de su humanidad. En los últimos años nos hemos concentrado en hacer el museo más accesible, desde colocar una rampa para los minusválidos, hasta ofrecer los contenidos en el sistema Braille y proporcionar audioguías en las lenguas de nuestros grupos originarios. Hemos realizado esfuerzos para atraer a los privados de libertad, a los Hogares Crea. Hemos ido a las comunidades, ofrecemos cursos, seminarios. Queremos ir forjando en el país una cultura museística, que los panameños se acerquen constantemente, atrayéndolos por medio de exposiciones temporales de calidad.

¿Qué visión de futuro tienes para el museo en el contexto de la ciudad?

El Museo del Canal Interoceánico debe continuar cumpliendo una misión sustancial en el robustecimiento de la identidad nacional, en la que nuestra audiencia se transforma de espectador a protagonista. En un país como Panamá, especialmente rico en diversidad cultural, este museo deberá seguir cumpliendo una labor urgente en la reflexión, comprensión, interpretación y respeto de un patrimonio tan abundante como diverso, contribuyendo a crear una cultura de paz, a través del entendimiento del otro.

¿Cómo es la Panamá que sueñas?

Sueño con una ciudad en la que las instituciones culturales como el Museo del Canal Interocéanico continúen motivando a la reflexión, a la comprensión, interpretación y respeto de la riqueza y diversidad de nuestro patrimonio, contribuyendo con ello al entendimiento del otro y por lo tanto a una cultura de paz.