Fotografía dirigida al rescate de la naturaleza

Alejandro Balaguer

Autor: Mónica Guardia
Foto: Pich Urdaneta

Alejandro Balaguer es periodista, fotógrafo y documentalista. Autor de 22 libros y corresponsal de importantes agencias y revistas internacionales. Su producción fotográfica y la dirección de documentales lo han llevado a las selvas amazónicas y centroamericanas, a los Andes, a los mares e islas sudamericanas, ecuatoriales y antárticas. También ha explorado Africa y Asia, principalmente en los Himalayas e India. En Panamá, es director ejecutivo de la Fundación Albatros Media. En Perú, preside la Asociación Andes y Mares. En estas organizaciones realiza productos educativos y campañas de difusión en busca de una mayor conciencia en la conservación de la naturaleza de la región en pro de un desarrollo sostenible. En Panamá produce y conduce semanalmente el programa Al Natural que se emite en 35 canales de TV en América latina, además de series de reportajes y spots televisivos, exhibiciones fotográficas, libros infantiles y campañas educativas en medios de comunicación.

Llegaste a Panamá en el año 2003. ¿Cuál fue tu primera impresión?

Vine a participar en un proyecto de comunicación relacionado con Coiba y en el aeropuerto me recibió Líder Sucre, quien era entonces director de ANCON (la ONG). Él me llevó directo a sus oficinas, ubicadas en el área canalera. En el camino, yo miraba por la ventanilla del auto y pensaba ¡qué lindo sería vivir aquí! Me impresionó ver cómo la naturaleza abordaba y tomaba espacio en una ciudad capital, lo que no había visto con tanta potencia en ninguno de los viajes que había hecho antes.

 

Cuando la conociste mejor, ¿qué notaste?

Yo no conocía a nadie y solía ir en las tardes a caminar por el Casco Viejo. Lo que me gustaba más era lo vivo que se sentía, cómo palpitaba la gente, el barrio; las morenas poniéndose los ruleros en la calle; los niños jugando en las plazas… tenía mucha vida… yo esperaría que eso en el futuro no se pierda.

 

Como fotógrafo ¿qué ves aquí de especial?

Para fotografiar me parece increíble ver cómo se manifiesta la naturaleza en la ciudad, cómo los árboles se visten de amarillo cuando los guayacanes están en flor. Ves el Cerro Ancón y te puedes encontrar con los venados como era en los tiempos de Goethals. Me encanta fotografiar la gente y aquí tienes una sociedad todavía bullanguera, festiva, multirracial… la verdad es que Panamá es una fiesta para la fotografía en todos los sentidos.

 

Viviste muchos años en Lima. Las dos ciudades tienen un pasado común. ¿Notas algun lazo cultural compartido?

Estuve en Lima 20 años y pico, pero me movía por toda América Latina. Y claro, hay un cordón umbilical entre las dos ciudades. No habría podido existir una sin la otra. Por ejemplo, te diría que las dos tienen una tradición cultural que reivindica las raíces africanas y que aflora en el Cristo Negro de Portobelo y el Cristo de los Milagros. Pero, yo siento al panameño más cercano al caraqueño y al natural de Guayaguil que al limeño.

 

¿Sientes que la ciudad de Panamá es amistosa?

Creo que sigue siendo amistosa, pero cada vez menos. Estoy viendo un proceso de creciente rechazo hacia los extranjeros. Tal vez no tanto conmigo, porque la gente tiende a respetar mi barba blanca y me siente un poco familia por eso de salir en televisión. Pero he visto cómo se trata a los jóvenes extranjeros que viven aquí y son parte ya del engranaje de la ciudad. Siento que se le está empezando a echar a la culpa a los extranjeros de todos los males. En este sentido sería apropiado recordar que en este continente los únicos que no son extranjeros son los grupos originarios.

 

¿Cómo es la Panamá que sueñas?

Preferiría ver menos malls y más centros cultura¬les. Que los pasatiempos de los fines de semana no fueran atiborrarse de pop corns y de transgéni¬cos, e ir a ver vitrinas, sino particiar en actividades culturales, que te permitan encontrate con tu historia, verla como parte de ti mismo. Me gustaría una ciudad donde la gente apreciara el tener tan cerca esa área protegida prístina que es el Parque Nacional Metropolitano. Allí se ven más extranjeros que ciudadanos panameños. Es una tristeza esa combinación de riqueza ecológica y falta de interés.