Corazón de jaguar

Ricardo Moreno

Autor: Melissa Pinel
Foto: Eduardo Molino

Ricardo sintió curiosidad por la fauna desde muy chico: su hermano, Julio, le hablaba de depredadores como cocodrilos y leones e incluso fue el primero en decirle que en Panamá había jaguares. Más tarde llegó a su vida Tao, un gato que tuvo por siete años y con el que empezó sus primeros estudios de campo. Terminó devorándose libros sobre comportamiento y formándose como profesional. En el 2017 recibió el título de explorador emergente de National Geographic por su trabajo con la fundación Yagurá Panamá para promover la convivencia entre los jaguares y las poblaciones humanas.

¿La sociedad entiende la importancia de los jaguares y el peligro en el que están?

Con las redes sociales, los medios de comunicación y que Yaguará Panamá y otras organizaciones se hayan volcado a diseminar la información con base científica ha hecho que las cosas cambien poco a poco. La fundación Yaguará Panamá sabe que estamos perdiendo la batalla en favor a la preservación del jaguar, por eso trabajamos muy duro, con mucha fe y pasión. Ese es el motor que no nos deja desfallecer. Muchas personas no logran comprender lo importante que es el jaguar para el ambiente y por ende para nosotros los seres humanos: donde hay jaguares están las cuencas con mucho bosque, bosque que nos da el aire que respiramos y el agua que tomamos. El sector ganadero o personas que tienen animales domésticos -campesinos e indígenas-ha sido golpeado, pero porque el manejo que le dan a muchos de sus animales ha sido inapropiado.

¿Cuál es la barrera más grande que encuentras al hablar con los campesinos?

La educación y el respeto a la naturaleza es fundamental. La barrera más grande es no tener confianza, pero esta se genera con la convivencia. Pienso que si somos más personas u organizaciones apoyando, explicando, asesorando y orientando, las barreras van desapareciendo. Hace más de 20 años no pensé que hoy día iba a hablar con personas que han realizado cambios radicales en términos de cómo ven el ambiente y al jaguar, que en muchos casos lo veían como un enemigo. Cada vez que voy a dar una presentación en comarcas indígenas y con ganaderos es muy tenso pero he visto como muchos ahora dicen “tienes razón en lo que dices”. Eso es muy lindo escucharlo.

¿Cuáles son los próximos pasos que la fundación tomará para proteger al jaguar?

La fundación Yaguará Panamá trabaja en tres ejes: la investigación científica; la generación de alternativas económicas y viables a largo plazo con las que promover la convivencia entre la vida silvestre y los seres humanos y, finalmente, la educación, diseminación y sensibilización. Estamos convocando al MIDA, Meduca, Minsa, BDA, ISA, MOP, Mides, Anagan, las universidades, la empresa privada y más actores claves, porque nos hemos dado cuenta de que la depredación del ganado se da gracias al poco cuidado que se le da a los animales domésticos o de producción. Las fincas con buenas prácticas o buenos planes de manejo tienen pocas pérdidas, a eso es lo que debemos apuntar.

¿Cómo es la Panamá que sueñas?

Aquella en donde la educación sea la base de todo lo que he expresado. Estos temas ambientales deben ser temas de Estado. La fundación Yaguará Panamá ha generado en conjunto con otros colaboradores información con base científica y herramientas útiles basadas en ciencia para poder reconstruir lo que hoy día hemos perdido, ya que nuestro corredor de bosque (que existe hace más o menos cuatro millones de años) ya está fracturado, pero como seres humanos inteligentes podemos recobrarlo. Debemos pensar qué queremos nosotros los panameños y qué queremos dejar a las futuras generaciones. Yo mantengo la fe en las personas todavía.