Impulsar a la ciudad tocando madera

Yigo Sugasti

Autor: David Alejandro Chacón
Foto: José Yau

Yigo es un panameño multifacético con más de 30 años de carrera. Además de cantautor es gestor cultural, mánager-booking de artistas, locutor profesional y productor musical y de espectáculos. Se incluye dentro de una generación que trabaja incansablemente en la estructuración de un intercambio profesional en toda la región. El hijo del también compositor y creador Rodrigo Escobar Tamayo, lidera desde 2004 la exitosa Fundación Tocando Madera, un movimiento de cantautores panameños que busca resaltar el escenario sonoro de la ciudad de diversas maneras, como dando a conocer qué es un autor, cómo se hacen las canciones, entre otros aportes que han resultado de gran valía para el gremio.

¿Cómo comenzaste a aportar a la escena musical?

Nací en una dictadura militar, mi adolescencia transcurrió bajo el mismo escenario y a mis 20 años de edad viví una invasión de Estados Unidos a Panamá. Sin embargo, desde los 16 años, aun teniendo la población las garantías constitucionales pisoteadas, ya tenía una banda, hacíamos música a tiempo completo y el público panameño nos había premiado con el hermoso regalo de ser los artistas número uno del país.

¿Qué extrañas de esa época?

Añoro la cultura y la educación que tenía el panameño que me educó a mí. Asuntos políticos y el detrimento del tejido social humano panameño, cegado por el poder económico de estos tiempos, han hecho que se descuiden temas como la cultura y la formación.

¿Por qué nace Tocando Madera?

Es una respuesta a una gran necesidad que venía incluso antes de mis tiempos. El Estado panameño tiene décadas de darle la espalda a la creación local. Aquí no hay archivos, no hay documentación alguna de la escena, siendo Panamá uno de los países más cancioneriles de Latinoamérica. A raíz de todo este trabajo y en un mundo paralelo nacen plataformas complementarias como TRAMA.

¿Por qué ese nombre Tocando Madera?

Se debe a que los cantautores siempre estamos tocando un instrumento como guitarra o piano, por poner dos ejemplos. El músico en general, al contrario del resto de los seres humanos, al menos que seas ebanista, tiene mucho contacto con la madera.

¿Y qué es TRAMA?

Es el encuentro de la gente de la música en Panamá y nace porque no hay plataformas que ayuden al desarrollo de los nuevos compositores y menos los urbanos. Porque si bien el folclore ha ganado algunas batallas para obtener presupuestos para ser menos olvidados, seguimos muy atrasados en el apoyo.

¿La ciudad suena a música por todos lados?

No señor. Suena a ruido, lastimosamente. La ciudad de Panamá tiene décadas de haber roto los niveles de contaminación ambiental auditiva y estamos en ultrarrojo en el nivel de qué tanto afecta esto a la sociedad.

¿Y no se escucha música?

Sí, claro. En eventos como TRAMA, en un país sin estructuras culturales y educativas y con menos de cuatro millones de habitantes, se puede observar un talento infinito y muy variado. Buena música, de gente que de verdad cree en el oficio, que lo hace por pasión.

¿Cómo es la Panamá que sueña?

Una que no maltrate a los que vivimos en ella, que me cuente la historia de mi país y su gente con museos, con paseos al aire libre. Una ciudad en la que podamos vernos culturalmente reflejados en cada una de sus calles.