Asumir la responsabilidad de nuestra salud

Shariel Saldaña

Autor: Moisés Jurado Briceño
Foto: Gustavo Ledezma

La vocación de la medicina nació en Shariel Saldaña desde la adolescencia, cuando su madre la llevaba a realizar voluntariado en la Asociación Nacional contra el Cáncer. Hoy en día su participación en su agenda social ha ido a más, pues siente que la prevención es una materia que debe darse no solo en el ámbito de este terrible flagelo: también desde la visión que busca construir una cultura para una población que cambie sus hábitos de vida. La doctora confía en que la ciudad que la vio nacer se está volviendo una urbe más consciente en sus hábitos, para lograr que su gente viva una vida sana.

¿Qué logros profesionales has objenido hasta la fecha?

Soy médico graduada en la Universidad de Panamá con segundo puesto de honor, y luego de esto hice mis dos años de internado, el primero en el Hospital Santo Tomás, y el segundo año fue en la provincia en una población que limita con Darién, llamada Torti. Allí fue que conocí realmente la pobreza de Panamá en un sistema de salud deficiente. Después, tuve la oportunidad de ser docente en Fisiología Humana en la Universidad de Panamá, para el cual tuve que aplicar para el Consejo Técnico de Salud bajo un reglamento muy estricto y tuve que entrevistarme con el decano de la Facultad de Medicina para que me permitieran este honor. Estas actividades me permitieron entender la importancia social de una carrera como esta desde nuestra realidad y tener un cambio de perspectiva.

¿Cómo ha sido la experiencia que ha vivido con la Asociación Nacional contra el Cáncer (ANCEC)?

Mi labor en ANCEC comenzó hace 12 años. Mi madre es voluntaria y yo la acompañaba a las jornadas y a las distintas actividades que se realizaban. Creo que esto influyó notablemente en mi decisión de estudiar medicina y de abarcar mi visión sobre la importancia de la prevención. Después, cuando entré a estudiar en la carrera, mi labor fue un poco más activa. Creo que es de suma importancia que todos logremos dar un aporte en este tipo de organizaciones, pensando en la salud de los panameños.

¿Qué haces en ANCEC?

Mi trabajo principal en la asociación es tratar de que se tenga un cambio en cada una de las personas que trabajamos allí, como voluntarios o no, sobre la importancia de que su labor salga a la luz. Esta es una asociación pequeña, somos pocos los voluntarios que estamos allí, pero esto no significa que no hagamos una misión vital. Hay asociaciones en la lucha contra el cáncer que tienen más proyección. Pero el perfil de la ANCEC es el de la prevención, actividad que me parece fundamental. Buscamos educar a la población: informar cuáles son los factores de riesgo que pueden llevarte a un determinado cáncer, en específico, de varios tipos, y en general. Yo tuve la oportunidad de dar un aporte impor-tante al buscar sacar a ANCEC de la oscuridad en la que se encontraba; pude hacer un trabajo de impulso de sus redes sociales, con el criterio de la prevención y el reconocimiento de la asociación en la colectividad, implementando una estrategia en comunicación que nos permitiera tumbar ciertos mitos alrededor del cáncer. Hemos trabajado de forma muy activa en la difusión de información en medios tradicionales, que llegue a la población que debe hacerse los exámenes de prevención. Pudimos lanzar con éxito una campaña muy completa que hablara sobre los factores que te pueden llevar a padecer cáncer de piel. Creo que hemos logrado mucho, pero todavía debemos hacer más en torno a la prevención.

¿Cómo es la ciudad de Panamá que usted sueña?

Creo que en la educación hay mucho por hacer en materia de prevención. Pienso que debemos marcar a las personas: hoy en día el tema de la educación preventiva queda en manos del médico, y debe ir más allá. Todos debemos ser partícipes del cuidado de nuestra salud. Sería hermoso que nuestro sistema de salud no escatimara en recursos, donde todos los panameños, no importando su nivel económico, cuenten con un sistema de salud que sí funciona. Sueño con un Panamá más sano.