Planificación familiar y salud sexual

Rossana Uribe

Autor: Melissa Pinel
Foto: Pich Urdaneta

Rossana Uribe balancea tres grandes pasiones con la serenidad de quien sabe que no querría estar haciendo ninguna otra cosa. Primero está la actuación, como un amor que la mantiene equilibrada y luego está su día a día con su firma de relaciones públicas RUA Porter Novelli como un reto al que le dedica gran esfuerzo. La tercera gran pasión, la que se convirtió en su máximo orgullo, es su trabajo en Aplafa (Asociación Panameña para el Planeamiento de la Familia), que inició como voluntaria hace nueve años y desde hace tres funge como directora.

¿Por qué son importantes organizaciones como Aplafa?

Desde 1965 hemos brindado servicios médicos amigables a la población de diferentes áreas de incidencia, en lugares de riesgo, tanto en la ciudad de Panamá como en el interior. Somos inclusivos y los únicos con servicios para población transexual.
Participamos activamente en la construcción de políticas públicas, planes nacionales, evaluaciones, capacitaciones en salud sexual y reproductiva, derechos sexuales y reproductivos y asistencias técnicas. Formamos jóvenes para que sean agentes multiplicadores: Juventudes con Opciones son jóvenes hablando a jóvenes, en su lenguaje, con sus intereses e inquietudes en los temas de salud sexual y reproductiva y derechos sexuales y reproductivos.

¿Por qué la sexualidad es un tema tabú en Panamá? ¿Cómo podemos cambiar eso?

Quisiera poder responder a esta pregunta con más serenidad. Pero me cuesta mucho entender que haya sectores que se oponen tan vehementemente al progreso. En 1975, el Ministerio de Educación aceptó introducir la educación sexual dentro del currículo escolar, gracias al trabajo realizado por Aplafa y el Ministerio de Salud, donde se reflejó la necesidad de mayor conocimiento por parte de jóvenes y adultos sobre sexualidad y las presiones indirectas.
Lamentablemente hemos ido hacia atrás y las fuertes presiones de los grupos religiosos han logrado que los últimos gobiernos eliminen la educación sexual del pénsum académico. Para cambiar esta realidad, Panamá debe ser un Estado laico, sin injerencia de los grupos religiosos que conducen las decisiones gubernamentales.

¿Qué cambia en una sociedad cuando las familias se planifican?

Los niños y jóvenes que reciben educación en sexualidad formarán familias más estructuradas que puedan planificar a futuro, dar mejor educación a sus hijos, contar con un presupuesto más holgado, tener una mejor vida. Y por supuesto ello traería como resultado un mejor país.
Pero un pueblo educado es un pueblo menos manipulable. Les es conveniente instalar ignorancia ahí, como barrera casi insalvable. Caen todos los sectores religiosos en banda contra quien se atreva a tratar de modificar en algo lo que ellos consideran “moral”.
Ser activista en este país significa… lo bueno y lo malo
Lo malo me importa poco. Lo bueno supera cualquier obstáculo. Es tan gratificante cuando se ven resultados de las luchas sin importar cansancio, ni trabajo extra. Cuando veo pacientes contentos en las clínicas, jóvenes empoderados y educados. Lo vale.

¿Cómo es la Panamá que sueñas?

Una Panamá justa y libre. Cónsona con el siglo XXI, donde exista igualdad de oportunidades. Sin atavismos ni limitaciones, donde las mujeres no sean ciudadanas de segunda categoría y tengan derecho a decidir sobre sus cuerpos. Una ciudad sin discriminaciones por raza, credo o preferencias sexuales. Una Panamá abierta al progreso y a la modernidad. Eso sueño.