pintor de la identidad panameña

Rolo De Sedas

Autor: Isaac Melamed
Foto: Pich Urdaneta

Para quien acostumbra recorrer la ciudad de Panamá no es novedad toparse con una de las “mamis” de Rolo. En algún producto, en un rincón de Casco Antiguo o en algún mural de la urbe. Estas mujeres gorditas, de distintas razas, engalanadas con polleras, joyas y tembleques y puestas sobre fondos de diversos colores, son para el artista Rolo de Sedas la representación de lo que para él significa Panamá. De Sedas comenzó a trabajar de manera directa con las artes visuales a principio de la década del 2000. Su trayectoria ha estado marcada por presentaciones en exposiciones, colaboraciones con productos comerciales y creaciones de arte urbano. Ahora las mamis de Rolo de Sedas son un ícono de Panamá.

Cuéntame sobre tu arte.

Mi arte se ha popularizado de un modo en que la gente lo ha hecho propio y lo ha absorbido como suyo. No trata de mí, sino que habla de un nosotros, de Panamá. Esto lo trabajé materializando el concepto Panamá en una figura femenina que yo llamo “la mami”.
Ella representa la tierra panameña, la madre naturaleza. Quise hacer una analogía de la madre naturaleza, el ícono o el arquetipo universal que tenemos la humanidad a lo largo de tiempo y la historia, y lo quise panameñizar y representar en este personaje.

¿Cuándo hiciste tu primera mami?

Estaba en Barcelona (España), en una clase de identidad. En el curso teníamos que hablar del país y yo hice un dibujo súper rápido y fluido de la mujer panameña. Era una clase llena de artistas y otros profesionales y quedaron flechados con un dibujo muy suelto de lo que trataba de representar.
La manera tan fácil de digerir mi obra también le ha dado mucha accesibilidad. Ahora la obra ya no es mía, sino que es algo más colectivo.

Has trabajado en varios murales por lo que la gente y la ciudad se ha apropiado de tu trabajo, ¿cómo fue ese proceso?

Tuve un acercamiento a las galerías de arte al principio, cuando empecé mi carrera como artista. Las galerías no estaban preparadas para el tipo de arte que estaba haciendo y hubo una reacción de rechazo en ese momento.
Me volqué a lo contrario y empecé a hacer trabajos comunitarios, hice una fundación que se llama Sembrarte, pinté en la calle, expuse en algún mall, empecé a jugar en las redes sociales, se popularizó mucho mi obra. Fue una forma amigable de que la gente tuviera acceso a mi obra y la consumiera.

¿Qué tan importante es que la gente se acerca al arte desde la calle?

Eso es lo más importante, de hecho. La cultura, el conocimiento, la educación, esos son los factores que cambian la humanidad. Entonces, si un artista se acomoda en un circuito de galerías o tiene una posición privilegiada no se expone del aquí y el ahora. La razón del arte es hacerte cambiar el pensamiento, hacerte sentir, enseñarte a pensar. Si el arte no cumple esa función, no entra como arte desde mi punto de vista.

¿Cómo es la Panamá que sueñas?

Me gustaría que tuviera más áreas verdes, menos carros, mejor transporte público, más áreas recreativas, culturales y lo más importante, que se pudiera disfrutar de la playa en la ciudad de Panamá. Eso es algo que nos hemos negado y tenemos la playa que bordea la ciudad de un extremo al otro. Espero poderme bañar en la Avenida Balboa. Ojalá que pase algún día.