Pionero en la organización de eventos
Rolando Domingo
Autor: David Alejandro Chacón
Foto: Pich Urdaneta
Su nombre es sinónimo de majestuosas y elegantes producciones, de bodas y fiestas al máximo nivel. Domingo, de ascendencia china y abogado de profesión con una maestría en derecho internacional en la London School of Economics, organizó el primer matrimonio en las Ruinas de Panamá Viejo y el relanzamiento de Albrook Mall con un concepto de magia al mejor estilo de David Copperfield, además es uno de los organizadores del Festival Nacional de la Pollera. Desde 1990 industrializó el mercado de organización de eventos y por su aporte al folclore panameño recibió la medalla María Olimpia de Obaldía que entrega la Alcaldía de Panamá.
¿Un abogado organizando eventos?
Mi padre quería que tuviera una profesión honorable y me obligó a que estudiara derecho. Tampoco fue algo que me disgustaba, pero no era mi vocación. Cuando regresé de Inglaterra, a través de unos amigos, comencé a trabajar para una gran compañía de perfumes y cosméticos franceses y ahí empecé a conocer todo lo que tiene que ver con relaciones públicas y eventos.
¿Cuál ha sido tu aporte a la ciudad?
A través de eventos con contenido, no solamente fiestas para beber y comer, he sido partícipe de importantes iniciativas como el Hogar Monerri, un centro que sirve como refugio para niños, adolescentes y adultos ubicado en El Chorrillo. Igualmente le enseñé a la ciudad que se podían realizar eventos en importantes espacios, que los vieran con otros ojos e incluso, que se interesaran en conocer un poco más nuestra historia y cultura.
¿El mejor evento que has organizado?
El próximo que voy a hacer. Cuando termino de organizar uno, pues ya pasó, no importa que haya sido algo majestuoso. Hay que saltar la página y seguir mejorando y recuerdo, claro está, que climaticé por primera vez una terraza, puse la primera tolda con aire acondicionado en este país, pero eso queda y ya, no me estoy viviendo del pasado.
¿Y tú aporte editorial?
Junto a mi queridísimo y admirado amigo Raúl Arango comenzó esta idea de aportar, de otra manera, a la cultura de este país. Los libros Panamá por Dentro, en sus dos ediciones, fueron todo un éxito, y ni hablar del Gran Libro de La Pollera, este último con dos mil 500 ejemplares, cada uno con valor de 150 dólares y se vendieron todos. Eso es admirable en un país chico que no es consumidor de libros.
¿Por qué tu nombre estuvo ligado a la Cumbre de las Américas 2015?
El libro Visiones Eternas, que concebí y que contiene la poesía Visiones eternas de María Olimpia de Obaldía sobre dibujos del artista panameño Roberto Lewis, fue entregado como regalo a los mandatarios que llegaron a Panamá.
¿Cómo es la Panamá que sueñas?
Una ciudad inclusiva, con esencia, con contenido. Que aprendamos de los vecinos, del amigo. Una ciudad en la que se premie el ingenio, porque esta debería ser la capital de la creatividad. A Panamá la inventaron y la estamos inventando, siempre desde procesos duros.