La música y el espectáculo como forma de vida

Mélida Trujillo

Autor: Maria José Torrijos Legazpi
Foto: Pich Urdaneta

Cantante, locutora, promotora artística, productora de eventos. Muchos carros han transitado la ciudad desde que Mélida Trujillo comenzó poniendo música en Stereo Azul y promoviendo artistas en Sony Music. Así como la capital panameña, Mélida ha sabido reiventarse y crecer; pero siempre sin alejarse de su pasión: la música. Quizás no es el rostro más conocido para el gran público; pero para aquellos que están en el negocio (prensa, artistas, proveedores, entre otros) su nombre es siempre reconocido y, sobre todo, genera respeto. Una cualidad muy difícil de lograr y, sobre todo, de mantener.

¿A qué suena la ciudad de Panamá?

Para mí la ciudad de Panamá suena a risa, a canto interiorano, a música y a mar…

¿Cuáles son los sonidos de tu infancia?

Los sonidos que recuerdo son: el silbato del señor que afilaba los cuchillos y el silbato de la policía cuando iban a bajar la bandera del asta; las canciones de Enrique y Ana, que marcaron mis primeros años, pero también el sonido de la música de Fania y el Gran Combo de Puerto Rico; el grito de mis amiguitos para jugar la lata y -cómo olvidarlo- los gritos y estruendos del barrio cuando Durán ganaba una pelea.

Siempre has estado ligada al mundo de la música como cantante, locutora, promotora de artistas, relaciones públicas, y ahora como organizadora de conciertos y eventos. ¿Cuánto ha cambiado el mundo artístico-musical de la ciudad de Panamá?

Ha cambiado mucho, ahora hay más oportunidad para los músicos y artistas, antes nos ganábamos el lugar a pulmón, ahora es más fácil por los programas que impulsan a los talentos y por las plataformas digitales, claro, todo evolucionó, pero yo me quedo con la inocencia de antes…

¿Qué implica vincularse, en tu caso dedicarse por completo, al mundo de la música en una ciudad como Panamá?

Implica tener disciplina y dedicación para hacer las cosas bien. Al principio, cuando decidí emprender en un mundo de hombres, me costó ganar terreno; pero, como decidí que quería dedicarme al mundo de la música y el espectá-culo, sacrifiqué muchas cosas porque tenía que lograrlo. Cuando amas lo que haces, dedicarte a tu pasión ya no es un sacrificio, es un gusto. Vivo del negocio de la música y me ha ido muy bien.

Así como el arte cambia la vida de muchas personas, ¿puede el arte influir en el rumbo de una ciudad?

Claro que sí, se ha demostrado a través de programas como, por ejemplo, los que realiza la Fundación Danilo Pérez, que han logrado cambios en la comunidad. Primero, inculcando los valores, los cambios de conducta, y luego compromiso con el arte, en este caso, la música ¿Cómo lo logran? Creando espacios en todo el país para que haya más oportunidades en las artes, sobre todo, en los barrios.

¿Cómo es la Panamá de tus sueños?

Sueño que algún día la cultura sea la base de la educación, y no al revés. Sueño con que incluyan materias como arte (música, pintura, baile, etc.) en los colegios, que los niños puedan tener la opción de seguir en lo que, tal vez, sea su profesión y puedan vivir de ello aquí, en Panamá.