Una artista multidisciplinaria
Martanoemí Noriega
Autor: David Alejandro Chacón
Foto: Gustavo Ledezma
Arte de calle, arte urbano, grafitis, pintura, murales. Esas palabras definen muy bien a una de las artistas más reputadas de Panamá. La ciudad la conoce. Ha visto sus espectaculares, informativos y coloridos trabajos con los que se ha ganado respeto y aceptación nacional e internacional. Se inspira en la poesía para mostrar hechos históricos y relevantes de su patria, la que comenzó a valorar mucho más desde que probó suerte con su talento en tierras lejanas. Noriega, además, fue la directora del famoso cortometraje “La Cucarachita Mandi”, expuesto en varios festivales de cine. El arte corre por sus venas panameñas.
¿Qué quieren decir tus murales?
En su mayoría tienen el interés de resaltar el trabajo de algún escritor panameño, algún hecho histórico y, generalmente, esas dos cosas se juntan. Eso, sumado a la parte poética que acompañan mis trabajos. Ojo, yo no escribo, pero hay tantos buenos exponentes en mi país que vale la pena resaltarlos. Yo diría que mis expresiones son como un homenaje.
¿Cuál ha sido tu aporte a la ciudad?
El arte es un reflejo de su sociedad y si voy a ser ese espejo, quiero reflejar a esa ciudad desde sus historias de valor, de heroísmo y humanidad. No tengo idea de cuántos murales he pintado, pero siento que de alguna manera he aportado mi granito de arena.
¿Estas expresiones artísticas son apreciadas en la ciudad?
En líneas generales yo diría que sí. Escucho a diario que en Panamá no se respeta el arte, no se restaura, aunque en este último punto nos falte bastante. Pero en cuanto al respeto y al aprecio yo creo que estamos bien. Nunca he sentido algo negativo, al contrario, la gente se interesa.
¿Qué te inspira?
Mi ciudad, la que amo. Tener la opción de viajar y trabajar en otros países me ha dado la oportunidad de revalorar lo que sentía por mi tierra. La Peatonal, por ejemplo, está íntimamente ligada a mi biografía. Es para mí una fuente inagotable de inspiración al ser un espacio muy particular por su gente, ruidos, colores.
¿Qué le pintarías a un extranjero para que se enamore de tu ciudad?
Pintaría el Mercado de Abastos y los mercados en general con su gente, con sus cubículos de madera, con la gente conversando. Algo que provoque estar ahí. Seguramente agregaría La Peatonal con todos sus matices, colores y sinfín de personajes que hacen vida en ese mágico espacio.
¿Trabajas mucho con niños?
Sí. Lo hago con diversos talleres y esa ha sido la mejor universidad a la que yo haya podido acceder. No porque lo que yo les enseñe, sino por lo que ellos te dejan. Me inspiran a seguir investigando, a querer más mi tierra. Ese sentido de propiedad que le da a una persona, especialmente a un niño, trabajar y ver su trabaja reflejado, es algo único.
¿Cómo es la Panamá que sueñas?
Una ciudad verde con espacios para sentarse a conversar. Una ciudad donde el Gobierno y los ciudadanos se hacen responsables de proteger esos espacios. Una ciudad con manifestaciones artísticas para todos y una ciudad que tiene música, pero que no tiene ruido.