Las Bellas Artes como punto de desarrollo

Luis Troetsch

Autor: David Alejandro Chacón
Foto: Pich Urdaneta

El fundador y expresidente de la Asociación de Pianistas, es decano de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Panamá desde 2011. Su trabajo ha sido fundamental para el crecimiento de la matrícula de estudiantes en la mencionada escuela de artes. Troetsch, además, escribió el libro Para el Piano, un material que orienta a los jóvenes en el arte de ejecutar el famoso instrumento. Gracias a la riqueza armónica de sus composiciones, este virtuoso artista panameño es reconocido por llevar su música y dejar bien en alto el nombre del Istmo en países como Estados Unidos, China, México, Uruguay, Brasil, Colombia, entre otros.

¿Cuál considera que es su aporte a Panamá?

Como músico, siempre he tratado de llevar en el alto el nombre de Panamá fuera de nuestras fronteras. En mi caso, con el piano. Y desde la Universidad de Panamá, he trabajado en distintas iniciativas para que aumente la cantidad de estudiantes de una muy importante facultad para el desarrollo en general, como es la de Bellas Artes. Cuando arranqué como decano en 2011 eran 450 alumnos y ahora en 2019 más de mil 200.

¿Qué ha hecho para incentivar a los jóvenes de la ciudad?

Transformar la visión que tiene la facultad en el proceso educativo. Hemos logrado un impacto porque antes esto era visto como aburrido, incluso como que no servía, pero ahora con el interés de las nuevas camadas, que vieron en las Bellas Artes un futuro, se han sumado muchos jóvenes interesados.

¿Cuál es la importancia de las Bellas Artes en el desarrollo de la ciudad?

El arte es esencial, incluso para las personas que al final no se dediquen a ellas. En general influye en el desarrollo psicomotor, concentración, entre otros aspectos. Una buena ciudad requiere de buenos ciudadanos, y eso crea las artes, excelentes ciudadanos.

¿Algún proyecto de Bellas Artes que sueña para la ciudad?

Un centro de arte como el Lincoln Center en Nueva York. Un espacio que reúna galerías, salas de conciertos, salas de exposiciones, salones para danza y hasta áreas que cuenten nuestra historia.

¿Está muy lejos la ciudad de un centro de esa magnitud?

Bastante. Sin embargo, iniciativas como la Ciudad de las Artes de el Instituto Nacional de Cultura, me hacen pensar que se está abonando un camino importante que nos puede beneficiar a todos. Hay que apostar por una política de estado cultural. Sin eso será muy difícil.

¿Qué instrumento asocia con la ciudad?

Una trompeta desafinada porque todavía no tiene disciplina. Está el instrumento, el ejecutante, pero falta la constancia y el trabajo.

¿Cómo es la Panamá de sus sueños?

Una ciudad que tenga calles amplias, lugares de esparcimiento. Una ciudad con organización en la parte vial. Que tenga teatros, hospitales en buen estado y que en general sea bastante limpia. Para tener una ciudad ideal, debemos tener a los ciudadanos ideales.