Códigos que nos abren el camino

Alejandro Pérez

Autor: Karin Caballero
Foto: Pich Urdaneta

Estudió ingeniería electrónica y todos sus proyectos tecnológicos tienen como principal protagonista el uso del código abierto. Su gran interés por desarrollar software en colaboración lo llevó a unirse a Fedora, una comunidad global de código abierto. Allí notó que el Istmo no tenía participación, así que fundó Fedora Panamá. Más tarde formo Floss-pa y creó la Fundación Panameña de Tecnologías Libres, donde se dedican a capacitar por medio de charlas y talleres a estudiantes que buscan crecer en este campo.

¿Por qué es importante el uso de código abierto para la ciudad de Panamá?

El uso de código abierto permitiría ahorrar costos y mejorar procesos de investigación y desarrollo, algo que algunas empresas y bancos locales ya están realizando. A nivel gubernamental algunas instituciones lo usan, sin embargo, son casos aislados. Podríamos mejorar, por ejemplo, el problema de salud para que los hospitales y clínicas manejen expedientes digitales o sistemas administrativos con plataformas como GNUHealth y que ahorrarían costos al Estado.

En comparación con otras ciudades del mundo, ¿cómo consideras que está Panamá en materia de enseñanza de programación?

Estamos en los años 80 o 90, las escuelas y hasta en las universidades enseñan programación con plataformas y software del pasado, a pesar de que existen múltiples lenguajes y herramientas de código abierto que podrían reemplazar esas tecnologías. Allí es donde entramos nosotros a enseñarles a los chicos en las universidades que la nube y el Internet están construido con código abierto y que deben aprenderlo para poder tener participación en el desarrollo de plataformas.

¿Qué papel juegan este tipo de tecnologías con los emprendimientos?

Sin duda, son la columna vertebral de la mayoría de los emprendimientos, ya que estas herramientas, en su mayoría gratuitas, permiten elaborar aplicaciones y sitios web para presentar sus ideas al mundo. Ejemplos de ellos, Facebook y Twitter.

¿De qué trata tu proyecto como fundador de la filial de Fedora Panamá?

Como promotor del código abierto en las universidades, conocí a un grupo de entusiastas y los impulsé a participar
activamente en comunidades. Esto les ha servido para aprender inglés y tecnologías que no conocían. Muchos han salido de Panamá, a conferencias como ponentes y participantes, otros a trabajar donde son mejor pagados y apreciados por el conocimiento de estas tecnologías. Mientras continuamos impulsando la Fundación Panameña de Tecnologías Libres y capacitando a los estudiantes en la comunidad local Floss-pa que reúne a más de 200 personas entusiasmadas en código abierto local.

¿Qué se debe hacer en Panamá para estar a la vanguardia de la transformación digital?

Necesitamos mejorar la capacitación en todos los niveles, tener herramientas básicas. La mayoría de los creadores de las tecnologías actuales dieron sus primeros pasos con kits electrónicos de ensamblar que tenían que programar para poder aprender. Hoy, con la robótica educativa, los kits que se promueven y venden no llegan al nivel que se requiere. Se necesita que desde pequeños, los estudiantes jueguen con los componentes, para que ensamblen y aprendan cómo funcionan las cosas.

¿Cómo es la ciudad de Panamá con la que sueñas?

Una donde no se haga fila para sacar una cita médica, donde las personas preparadas como médicos y científicos puedan trabajar y desarrollase plenamente. Con un hub en tecnología, similar o mejor que el de países vecinos. Una ciudad verde, que siembre más árboles de los que se talan, con una agricultura tecnificada que logre aprovechar la tierra y devolver algo a sus bosques.