Entender a la sociedad desde la política
Carlos Guevara Mann
Autor: Luis Burón Barahona
Foto: José Yau
La política es una ciencia, y Carlos Guevara Mann es un experto en ella. Graduado en Estudios Latinoamericanos en la Ohio University y de Ciencias Políticas en Notre Dame, sabe que la evolución de la democracia panameña es efecto de las políticas públicas de hace varias décadas. Reconoce que el país va por un camino no tan positivo, pero que aún hay oportunidad de enderezar el rumbo.
¿Cómo es ser politólogo en Panamá?
Me encanta ejercerla, sobre todo en la docencia. También como orientador de opinión pública. El ámbito profesional, sin embargo, no está muy desarrollado, hay mucha precariedad en la profesión.
¿Era previsible desde el fin del régimen militar en 1989 que la democracia panameña tendría este nivel de desgaste en menos de 30 años?
Sí, lo era. Si en ese momento no se rompía con el legado de la dictadura, esta corrupción y mediocridad llegarían en algún momento. Pero en aquel entonces estábamos entusiasmados por un proceso de reestructuración democrática, y los políticos que dirigieron esa transición tuvieron algunos aciertos, pero muchos errores. El principal fue seguir gobernando con la misma Constitución y sistema electoral de la dictadura. El sistema que tenemos viene viciado desde la dictadura.
Se siente un despertar en la conciencia ciudadana. ¿Qué tan lejos estamos de que ese sentimiento se convierta en un cambio de dirección?
Hay un surgimiento de una indignación proactiva. Todavía está muy circunscrita a un sector educado, que tiene acceso a información y a Internet. Las frustraciones populares se han paliado históricamente a través del clientelismo. Pero las revoluciones sociales muchas veces comienzan de hechos inesperados, pequeños. Todavía nos falta un desarrollo cívico, que lo perdimos con la dictadura y la democracia no nos ha educado en ello. El individualismo se sobrepone al bienestar común.
En la región hay muchos países cuyos Estados sufrieron un gran cambio producto de frustraciones ciudadanas. ¿Estamos en esa senda?
Hay cuatro escenarios posibles, en estos momentos. El de una revuelta ocasionada por la frustración generalizada; el de un apoyo a un liderazgo mesiánico; el del afianzamiento de los grupos de poder con una enorme reducción en la democracia; y, el más deseado pero el menos probable, el de una profundización de la democracia y de la conciencia cívica.
Usted ha participado de cerca en el comité por el bicentenario del natalicio de don Justo Arosemena. En estos tiempos, ¿qué tanta falta hace una figura como él?
Ha sido el panameño más prominente de todos los tiempos, fue el primero en articular la identidad panameña. Ese no fue su único aporte, sin embargo: fue gran jurisconsulto, diplomático, estadista y congresista. Necesitamos que los panameños nos volvamos a encontrar con su obra, sus escritos y su trayectoria política. Allí hay muchas enseñanzas que ayudarán a la república a encaminarse por las sendas en las que nos gustaría y en las que debemos transitar.