Mecánico de acordeones
Jesús Ábrego
Autor: Samuel Reyes
Foto: Pich Urdaneta
De cariño sus amigos y familiares le dicen “Papá Chú”. Como le llaman, en algunos sitios del interior del país, a Jesús de Nazareth. Su carrera como acordeonista inició a temprana edad, cuando vió a su padre tocar dicho instrumento. Se interesó en interpretar melodías en fiestas y en las populares parrandas, pero notó la falta afinadores de acordeones por lo que, decidió pasarle la batuta musical a su hijo, Manuel de Jesús, considerado uno de los mejores acordeonistas de la nueva generación. Desde entonces, Papá Chú se ha dedicado a perfeccionar, mejorar y reparar con dedicación este instrumento que utilizan los músicos del patio.
¿Cuáles son sus primeros recuerdos de cuando llegó a la Ciudad de Panamá por primera vez?
Cuando tenía siete años de edad, me mude de Santa Fé, de Veraguas con mis padres a vivir a la ciudad. Algo que me sorprendió mucho fueron las luces eléctricas, ya que en mi pueblo aún no había llegado esta modernidad. Pasábamos por la Central viendo anuncios con luces de colores y nos llamó mucho la atención porque eso nunca lo habíamos visto, me emocioné y pensé qué belleza, vivimos en otro planeta. Estaba sorprendido por el avance que había acá, porque allá nos alumbrábamos con querosín y guaricha.
¿Cree que en la ciudad se mantiene el interés por preservar nuestros sonidos, nuestra música?
música nuestra está bastante cotizada en la capital, se nota en los eventos que hay, todo sale bien y va avanzando más con la nueva generación, hay que cuidar las tradiciones y las costumbres de nuestra música sin perder la esencia, modernizarla pero sin alejarse de lo que realmente es autóctono.
¿Qué crees que hace única a la ciudad de Panamá?
El que viene a la ciudad de Panamá es porque sabe que puede progresar, estudiar, trabajar y tener mejores oportunidades de estudios.
Cómo amante del folclor y la música autóctona, ¿qué consideras que pudiéramos hacer para preservar nuestra música?
Mantener la esencia del ritmo, el sabor que tiene nuestra música. No estar con tantos inventos, mantener lo autóctono. Agregar otros instrumentos está bien, porque le da elegancia pero en el fondo es la música nuestra. Es como hablar de una campesina bien vestida, sigue siendo campesina pero está más moderna.
¿Cómo es la Panamá que sueñas?
Que mejore el transporte, la seguridad, soñamos que cambie todo eso. Que se escuche música típica en todos lados de Panamá como en Colombia, por ejemplo, en Valledupar, que tienen un festival reconocido a mundialmente; en el que se escucha música día y noche, en todos lados. Nuestra música es tan buena que puede llegar a ser igual o más reconocida en el mundo.