Una ciudad globalizada hace 500 años

Tomás Mendizábal

Autor: Daniel Molina
Foto: Eduardo Molino

Tomás Mendizábal, doctor en arqueología por el Instituto de Arqueología de la University College London, arqueólogo consultor independiente e investigador asociado del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, ha dedicado su carrera a la investigación de poblaciones antiguas en el Istmo. Es presidente de la Asociación de Antropología e Historia de Panamá y en años recientes ha trabajado en la Ampliación del Canal de Panamá, así como en las excavaciones del proyecto ArtEmpire.

¿En qué fase se encuentra el ArtEmpire?

El proyecto ArtEmpire se centró en buscar restos humanos en la Catedral de Panamá Viejo, con el afán de investigar quiénes estaban enterrados allí. Aunque no se podrá llegar a identificaciones individuales de los restos, los más de 150 cuerpos encontrados en solamente una pequeña área de la Catedral servirán para crear perfiles de población, para conocer a grandes rasgos datos de la gente que estaba enterrada allí como etnicidad, dieta, edad, sexo y qué enfermedades padecían. Actualmente están avanzando los análisis de laboratorio de la colección de restos humanos recuperados para poder responder estas preguntas.

A tu juicio, ¿qué información arrojaron los restos encontrados durante la Ampliación del Canal?

Con la Ampliación del Canal se hizo evidente cómo Panamá ha estado insertada desde muy temprano en el proceso de mundialización que inició hace unos 500 años con la invasión española del Istmo, proceso que continúa hasta nuestros días. En todos los pueblos investigados en la zona canalera, encontramos restos de una cultura material indistinguible de los que se encuentran en el Casco Antiguo, con evidencias de aproximadamente un 50 % de productos locales y 50 % de productos importados desde todos los rincones del mundo. En Gorgona, por ejemplo, un pequeño pueblo en la orilla del Chagres, hoy en lo más recóndito de la selva panameña, encuentras mayólicas españolas y panameñas, botellas de vino francesas, para schnapps de Holanda, para cerveza de jengibre de Escocia, porcelana china, o loza criolla hecha en Panamá, tal como si estuvieras en la capital en el Casco Viejo. Dese hace 500 años la identidad del Panamá moderno ha sido una de mezcolanza y cosmopolitismo. Aquí casi todos somos una mezcla de extranjeros, con una milenaria ascendencia indígena.

¿Qué opinas sobre el Museo Antropológico Reina Torres de Araúz?

Me parece una vergüenza nacional el estado en el que se encuentra el museo desde que lo conozco por dentro, hace casi 20 años ya, además de los otros museos estatales que están igual o peor de abandonados. Somos el único país de la región sin un museo nacional. Pero es el resultado inevitable de la falta de políticas culturales y de la improvisación en la gestión de la cultura. Opino que un buen comienzo fue la creación de un Ministerio de Cultura. Aunque no sea la panacea, en un país donde el presidente tiene tanto poder ya es un gran avance que la cultura comparta la mesa del Consejo de Gabinete. Sin ese acceso directo al presupuesto y a la agenda de Estado, es imposible que se creen las políticas necesarias para que la cultura y el patrimonio puedan surgir más allá de como atractivos para los turistas.

¿Cómo es la ciudad de Panamá que sueñas?

Una ciudad más amigable y vivible para sus ciudadanos, que no sea solamente pensada para los automóviles. Una ciudad que se dé cuenta que ya tiene 500 años y que es hora de ponerse los pantalones largos.