El sastre de Panamá Viejo
José Valerín
Autor: Luis Burón Barahona
Foto: José Yau
José Valerín es panamaviejero desde niño. Allí dio sus primera puntadas como sastre y aprendió también el valor de la dignidad. Por obligación, más que por anhelo, Valerín se convirtió en la voz de muchos de sus vecinos cuando una nuevo proyecto vial advirtió que los despojaría de sus casas de toda la vida. Aunque él todavía se lamenta por no lograr que pagaran lo justo, su intervención sirvió para que muchos de los desalojados pudieran conseguir algo digno. Esta es la historia de un líder, que también es sastre.
¿Cómo es el barrio de Panamá Viejo?
Es un barrio que fue complicado, pero ha mejorado a través de los años. Tiene tremendos profesionales, tiene todas las cosas a mano. Todo está cerca. Hasta el mar. Por eso nunca lo he podido dejar.
¿Cómo es la relación del barrio con las ruinas de Panamá Viejo?
Teníamos una gran relación, entrábamos cuando queríamos, era como nuestro propio parque. Incluso, había canchas de fútbol, que ya no existen. Para poder entrar ahora necesitamos tramitar unos permisos. Nos sentimos apartados.
¿Cambió el barrio después de los desalojos?
Sí, porque muchos de los fundadores del barrio se tuvieron que ir, ya que ellos eran los que vivían en las primeras filas mirando al mar. Ellos prefirieron comprar en otros lugares. Muchos de ellos, incluso, ya se murieron en esos nuevos hogares. Nos redujeron nuestros espacios recreativos y además de eso, complicaron nuestra relación con las ruinas. Ya el conjunto monumental y el barrio no es un solo ente, como antes, no hay convivencia con las ruinas.
¿Cuál es el futuro del barrio, tomando en consideración que está casi que atrapado entre zona de viviendas de clase alta?
El futuro es el desalojo total, que no sé cuándo será, pero ocurrirá. La gente de Panamá Viejo no puede comprar algo digno con lo que le van a ofrecer, así que habrá que luchar por el precio justo. Estas tierras son codiciadas. La última vez, el barrio no apoyó al 100 % y por eso fue difícil. Solo luchamos los que fuimos afectados. No sé si fue falta de solidaridad o un dejo. Faltó amor.
¿Cómo es la Panamá que sueña?
Que esta fuese una ciudad con gente profesional, con gente atenta al visitante, con buenos estudiantes para echar al país adelante. Una ciudad con mejores gobernantes, con honestidad, para que todos los ciudadanos podamos vivir bien, con dignidad.