Enseñar como a nosotros nos hubiera encantado aprender

Johel Batista Cárdenas

Autor: Melissa Pinel
Foto: Javier Sucre

Johel Batista inició Ayudinga, un proyecto educativo a través de videos de YouTube, cuando tenía 14 años de edad y era estudiante en el Colegio La Salle. Su inconformidad con cómo estaba aprendiendo matemáticas y el entusiasmo de haber visto en una película la historia de cómo Mark Zuckerberg había iniciado Facebook, lo llevaron a tratar de hacer su proyecto realidad. Lo que empezó con videos que grababa en su cuarto con una cámara y unos focos de ferretería se ha convertido, siete años después, en la plataforma educativa más grande de Centroamérica, ayudando a alrededor de 50 mil estudiantes diariamente a través de sus videos.

¿Es cierto que la educación debe cambiar para las nuevas generaciones? ¿Cómo?

Nuestro sistema educativo está al borde de entrar a un punto de no retorno. Cada cinco años se sustituye al capitán, o incluso hay varios capitanes en una misma administración. Se pierde el plan de navegación y quedamos a la deriva. Es hora de volver la educación en una verdadera experiencia de vida. Alfabetizar personas no es suficiente: necesitamos a gritos una formación integral que sea el catalizador de un ser humano íntegro y honesto; consistente en pensamiento, palabra y acción, solidario con el dolor ajeno pero que además pueda ser productivo, autocrítico, analítico y, a su vez, ejecutor. Es necesario crear oportunidades de aprendizaje que tengan pertinencia con respecto a realidad en que vivimos.

¿Qué retos enfrentan antes de crear cada video?

Nuestro mayor reto antes de comenzar no es siquiera la parte académica, sino la forma en la que lo vamos a transmitir. Somos millennials y entendemos que esta generación está siendo hiperbombardeada de información, lo que genera el reto de no solo enseñar conocimiento científico, puro y duro, sino habilidades básicas como el pensamiento crítico y la capacidad para discernir qué es bueno, qué es malo y qué es feo. Nos basamos siempre en la siguiente premisa: enseñar como a nosotros nos hubiera encantado aprender. Lo damos todo frente a la cámara porque estamos convencidos de que con un piloto, un tablero y una cámara de vídeo, podemos y vamos a cambiar el mundo tocando millones de vidas a través de la educación.

¿La educación en Panamá es democrática?

No quiero sonar fatalista, pero en el país de los millones, tenemos la educación de los centavos. Definitivamente la educación no es democrática cuando tenemos la riqueza y los recursos para hacer grandes cosas en materia educativa pero estamos entre los 10 países más desiguales del mundo. Hay tantos problemas por resolver, pero aplicamos curitas y no atacamos el sistema que hace que un niño de la comarca no tenga acceso a la misma educación que un niño en la ciudad de Panamá. Donde en una misma ciudad el lugar, la familia, el apellido y el dinero que tienes en el banco es el que determina la educación que recibes, y por subsecuente tu futuro.

¿Cuál quisieras que fuese el futuro de la plataforma?

Nos queremos convertir en la plataforma educativa gratuita y libre más grande de toda América Latina, sin tener un solo salón de clases. Con amor construimos conocimiento y ese conocimiento rompe todas las fronteras y barreras que artificialmente el hombre ha creado. Queremos seguir cambiando e impactando vidas a través de la educación.

¿Cómo es la Panamá que sueñas?

Sueño con una Panamá en la que los jóvenes podamos darnos espacios para crecer y hacer, aprender y convivir. Una Panamá en la que no seamos estrellas, sino constelaciones. En la que seamos ingenuos en nuestra creatividad, perseverantes en nuestra hambre de ser y humildes. La única forma de llegar a los más altos estadios del conocimiento humano es unirnos y darnos cuenta que el cielo no es el límite.