DISCIPLINA QUE INCLUYE

Eduardo Frías

Autor: Melissa Pinel
Foto: Gustavo Ledezma

Conocido como el maestro de la inclusión, Frías encontró que el karate era una disciplina ideal para las personas con discapacidad debido a su potencial para estimularlos física y mentalmente. Desde el 2015 organiza el torneo Internacional de Karate Inclusivo con la participación de personas con síndrome de Down, autismo, discapacidad visual, pérdida auditiva, anomalías congénitas, movilidad reducida, retraso mental y discapacidad intelectual. El torneo atrae participantes de distintos países interesados en replicar el modelo de inclusión. En el año 2016 fue ganador del premio Héroes por Panamá y en el 2015 fue escogido por la Cámara Junior de Panamá como el ganador de la categoría Contribución a la niñez, paz mundial y Derechos Humanos.

¿Cómo inició tu relación con las artes marciales?

IMe inicié a los 12 años de edad y me mantuve activo sin interrupciones hasta los 29. En esos años pasé de ser competidor a entrenador, ya que me gustaba mucho la enseñanza y la motivación que se podía ejercer en los jóvenes y así complementar la disciplina que los padres buscaban para sus hijos. Siempre busqué enseñar la disciplina en lugares de riesgo social y a la fecha tengo el placer de haber alejado a muchos jóvenes de la delincuencia que había en su entorno.

¿Cómo surgió la idea de hacer del karate un deporte inclusivo?

Mi esposa y yo decidimos abrir nuestro propio club de karate llamado Senshi No Kobushi cuya traducción es “El Puño Del Guerrero” por la necesidad que veía en la comunidad donde vivíamos. En ese momento no sabía que había una necesidad mayor que era la inclusión de niños y jóvenes con discapacidad. El primer caso fue una niña de ocho años con discapacidad auditiva que fue referida por su psicóloga. Investigando nos dimos cuenta de que el equilibrio del cuerpo humano está ligado a la parte auditiva. Más tarde llegó un adolescente con anomalías congénitas y un niño con autismo; condiciones distintas que me llevaban a adaptar la enseñanza para cada uno de ellos. Ya pasados dos años constituimos la Fundación Desarrollo Senshi, FUNDESEN, y debido a los resultados que teníamos en los niños decidimos enfocar nuestro trabajo a la inclusión de niños con discapacidad en el mismo ambiente que niños de entrenamiento habitual.

¿Qué retos has encontrado en el camino?

Han sido varios retos importantes: como lograr que las personas entiendan lo que es una verdadera inclusión, que la acepten como un medio de convivencia y el respeto de derechos a la vida de una persona con discapacidad, que los padres no escondan a sus hijos por miedo al rechazo y los hagan partícipes de actividades. Un reto que hemos superado es que entrenadores de otras provincias y otros países copiaran el modelo y la metodología para enseñarles y practicar la inclusión.

¿Qué cambios ves en las personas con discapacidad cuando empiezan a practicar un deporte?

Actualmente hay 12 patologías dentro del programa y en cada una de ellos podemos resaltar, además del desarrollo físico, el entusiasmo y el sentido de pertenencia al usar su uniforme. También que participar con niños que los ayudan a poder hacer las cosas, la convivencia y el amor que ellos dan y a la vez reciben, les da salud y sentido a sus vidas.

¿Cómo es la Panamá que sueñas?

No es solo Panamá. Más bien, el mundo que sueño es uno en el cual podamos crear la convivencia entre la persona con discapacidad y las que no la tienen, alejarlos del rechazo y crear la comprensión entre los que pueden ayudar y los que nos motivan. Es una combinación de tantos valores que una vez logrado todos seremos beneficiados. Puedo decir que, aunque falta mucho por hacer, ya lo estoy viendo.