Voluntariado para cambiar vidas

Sabrina Naimark

Autor: David Alejandro Chacón
Foto: Javier Sucre

Graduada en videografía y educación especial de la American University en Washington DC (Estados Unidos) colabora desde los 13 años de edad con Olimpiadas Especiales Panamá, un movimiento mundial dedicado a brindar entrenamiento deportivo de tipo olímpico a personas con discapacidad intelectual. Naimark, entrenadora de baloncesto y miembro de la junta directiva de esta organización, fue directora de voluntariado de los Juegos Latinoamericanos de Olimpiadas Especiales Panamá 2017. Antes, trabajó en la sede principal de Olimpiadas Especiales y fue parte de los Juegos Mundiales en Los Ángeles 2015. Con su experiencia fundó Impacta, una empresa de marca social.

¿Cuál ha sido el aporte de Olimpiadas Especiales?

El de la inclusión. El de crear conciencia, pero con experiencias físicas y, además, explicar que las personas con discapacidades son simplemente individuos con habilidades diferentes. Olimpiadas Especiales me ha dado las herramientas para poder sensibilizar sobre qué es la discapacidad y el voluntariado.

¿Los ciudadanos han entendido esta labor?

Se ha ido creando conciencia poco a poco, pero es bueno aclarar que Olimpiadas Especiales solamente son discapaci-dades intelectuales a diferencia de las paralímpicas que son personas con discapacidades físicas.

¿Cómo concientizar más a la sociedad?

Dirigiéndonos a cada una de las empresas, escuelas e instituciones en Panamá y dar la charla de lo que realmente significa Olimpiadas Especiales y su misión de inclusión. Que sus representantes participen en nuestro voluntariado y entiendan lo importante que sería para su ambiente poder sumarles una persona con discapacidad. Está comprobado que la gente se sensibiliza más cuando convive con alguien que presenta esta condición.

¿Tu experiencia más importante?

Cambiarle, siendo yo menor de edad, la vida a una persona de más de 40 años. Se llama Gisela, y cada vez que iba a la práctica de baloncesto se quejaba de un dolor de estómago. Luché hasta que comenzó a hacer movimientos y se integró. Mi gran sorpresa fue cuando su mamá me dijo que había logrado un milagro, porque su hija pasó de odiar las prácticas a querer ir siempre.

¿Qué haces en Impacta?

En nuestro primer año (2018) hemos hecho más de 20 campañas de conciencia social con diferentes empresas y personas. Siempre preguntamos, ¿cuántas vidas has cambiado hoy? Y de ahí partimos.

¿Cómo es la Panamá que sueñas?

Una ciudad en la que se sientan los valores humanos, en la que verdad pueda, sin ningún problema, estar físicamente en todas las empresas y colegios enseñando la metodología de Impacta y que todo el mundo pueda sentir realmente lo que es cambiarle la vida a alguien porque ahí, en ese momento, comienza también otra vida para nosotros.