muestra su capacidad para motivar

César Barría

Autor: David Alejandro Chacón
Foto: Luis Cantillo

Con 21 años de edad sufrió un accidente que cambió su vida. Le amputaron parte de su pierna derecha, pero este episodio, lejos de amilanarlo, lo hizo más fuerte. Decidió asumir el golpe con determinación y se trazó la meta de ser un atleta de alto rendimiento para decirle, sobre todo a los más jóvenes, que cuando quieres algo, solo tienes que salir a buscarlo con valentía sin importar los obstáculos, en su caso una discapacidad. Cruzó nadando el Estrecho de Gibraltar (primer latinoamericano con discapacidad y la primera persona de Centroamérica), el Canal de Santa Bárbara, nadó desde Ciudad de Panamá hasta la Isla de Taboga, es embajador deportivo de Unicef y ahora, como triatlonista, sueña con los Juegos Paralímpicos Tokio 2020.

¿Con tus logros sientes que has contribuido al desarrollo de una mejor ciudad?

Cuando uno descubre y reconoce sus talentos y los explota a tal punto que puedes influir en otras personas, de forma directa o indirecta, estás ayudando a construir una mejor ciudad y sociedad.

¿Y cuál es tu mensaje?

Mi propósito desde que comencé todo esto del deporte con una discapacidad es inspirar. Decirle a esa juventud, a esa nueva generación, que no importan los inconvenientes que nos presente la vida, siempre y cuando los tomemos con actitud positiva. Así como yo he sumado triunfos, he tenido derrotas, pero lo importante es asumirlas con valentía y cada vez trabajar más.

¿Eres un modelo a seguir?

Muestro mi capacidad, no mi discapacidad, y trato de estar alineado a mis valores. Que mis acciones hablen por sí solas y si me equivoco, pues tengo la humildad para rectificar. Cada persona tiene sus características, pero lo más importante que se debe tener es el don de ayudar, de enseñar.

¿Qué les respondes a las personas que te han dicho “no puedo”?

Si me dices que no puedes, estás en lo cierto porque estás empezando con una limitación. Sin embargo, te digo que sí puedes y todo arranca con tener la voluntad. Es importante el talento, pero debes desarrollarlo con mucho trabajo y ahí, en ese punto, hay que alejar la palabra no.

¿Qué reto aceptarías para ayudar a la ciudad de Panamá?

Nadé desde la ciudad de Panamá a Isla Taboga y ese trazado marcó a muchas personas porque lo hice en mi país y la gente tuvo la oportunidad de verme con ese valor y deseos de superación, que al fin y al cabo es lo que quiero transmitir. Ahora bien, si tuviera que hacer otro reto importante, me gustaría nadar 24 horas continuas en una piscina y que mucha gente me pueda ver. No he hecho nada en el Canal porque hay muchos lagartos.

¿Alguien te ha dado las gracias por cambiar su vida?

Sí, y cada historia ha sido muy especial. Una persona, por ejemplo, me dijo que tenía dudas con su carrera universitaria y lo animé a seguir con mi ejemplo. Otro que recuerdo fue un joven que decidió irse a estudiar inglés en Estados Unidos y antes no lo había hecho porque le parecía imposible.

¿El deporte ayuda al desarrollo de las ciudades?

Hace un aporte invaluable y no solo por los atletas de alto rendimiento, ayuda a que tengamos personas más saludables, con menos enfermedades. La actividad física nos refuerza no solamente las capacidades motoras, también se aprenden muchísimos valores como la convivencia, el trabajo en equipo, liderazgo, compañerismo.

¿Cómo es la Panamá que sueñas?

Una con equidad y oportunidades para las personas con discapacidad, para los profesionales, con un importante acceso a la educación y, sobre todo, con mucha salud. Que esté llena de deportes, de cultura y donde entremos todos los que la vivimos.