Cuando la mujer no tenía derecho al voto

Yolanda Marco

Autor: Karin Caballero
Foto: Gustavo Ledezma

Profesora titular del departamento de historia de la Universidad de Panamá. Licenciada en historia moderna de la Universidad de Barcelona, magíster en Género y Desarrollo de la Universidad de Panamá y doctora en Educación de la Universidad La Salle de Costa Rica. Es investigadora en el campo de la historia social, de las mujeres, y en el ámbito del género y el desarrollo. Entre sus publicaciones más recientes se encuentran: Clara González de Behringer, Los trabajos de las mujeres en Panamá, Las mujeres panameñas en la economía y en la política, Tras las huellas de la utopía sufragista, Las luchas por el sufragio femenino en Panamá, Reflexiones sobre las biografías y su importancia para la historia de las mujeres, y La cultura en Panamá en el siglo XX.

¿Cómo ha sido la participación femenina a lo largo de la historia de Panamá?

Tomando como base mis investigaciones sobre la historia de las mujeres en el siglo XX, puedo decir que Panamá tiene una peculiaridad en relación a la participación social y política de las mujeres en Centroamérica y se compara con Costa Rica, porque los movimientos feminista y sufragista tuvieron un nacimiento temprano. Es decir, las mujeres que escribían en la prensa, que estudiaban en la universidad se organizaron y en 1923 se fundó el Partido Nacional Feminista. La construcción del Canal ayudó porque llegaron obreros europeos organizados, muchos de ellos socialistas y anarquistas con ideologías promotoras de la igualdad de las mujeres.

¿Por qué se interesó usted en hacer investigaciones de este tipo?

Nací y crecí en España, en una sociedad dominada por una dictadura militar fascista, bajo un régimen político persecutorio, muy represivo. Mi familia tenía ideas y militancia socialistas que fueron la base de mi formación y de mi identidad. Desde siempre estuve interesada en los movimientos sociales, eso fue lo que me llevó a estudiar historia. Cuando llegué a Panamá, me di cuenta de que no había casi investigación sobre la historia de las mujeres en el país. Entonces, tanto por interés personal como profesional, empecé a buscar información y a investigar. En la universidad me encontré con colegas interesadas en el mismo tema y creamos el Taller de Estudios de la Mujer en el año 1986 y una pequeña revista.

¿Cómo fue la lucha para lograr que las mujeres tuvieran derecho al voto?

Esa lucha en Panamá duró más de 20 años. El Partido Nacional Feminista, fundado por Clara González y un grupo de mujeres maestras y profesionales, exigía constantemente el reconocimiento de la ciudadanía y sus derechos correspondientes en cada cambio de Gobierno. Pero no fue hasta la Constitución de 1946 que se consiguió ese derecho a cabalidad. En el año 1938 quisieron hacer un gran congreso, pero el presidente Juan Demóstenes Arose-mena amenazó a las maestras que formaban parte del partido con despedirlas. Fueron tiempos difíciles y Clara González, la primera abogada de Panamá y fundadora del partido, tuvo que refugiarse un tiempo en Costa Rica.

¿Cuál considera ha sido la mejor etapa de desenvolvimiento de la mujer en Panamá?

Considero que hay momentos en que se dan saltos de carácter cualitativo que cambian de forma importante la situación de las mujeres. En el ámbito de la educación, el acceso a los estudios superiores a partir de 1919. El derecho al voto a partir de 1946 hizo que la mujer irrumpiera en la política, desaparecieron las organizaciones feministas y las mujeres militaron en los partidos políticos creyendo que iban a conseguir sus objetivos de esa manera. En el año 1968, con la segunda ola internacional de movimiento feminista, comienza otra etapa de crecimiento que en Panamá está orientada por la lucha por las reivindicaciones nacionales, también en el caso de las mujeres. Después de la dictadura y de la invasión, en los años 90, renacen las organizaciones feministas y se pudo dar una concertación entre las mujeres que anteriormente estaban en posiciones políticas opuestas, llegaron feministas a la Asamblea Nacional y consiguieron acabar con leyes discriminatorias para las mujeres e impulsar políticas de igualdad.

¿Cómo es la ciudad de Panamá con la que sueña?

Desearía que, como mínimo, fuese una ciudad organizada, limpia, con pocos autos y buen transporte público. Con espacios abiertos donde los niños jueguen y la gente pueda hacer vida social. Donde el ambiente fuera amable con sus habitantes y que fácilmente pudieran llegar a conocer cada rincón de su ciudad.