Liderando los rizos panameños
Sielka Sánchez
Autor: Karin Caballero
Foto: Eduardo Molino
Joven, emprendedora y orgullosamente colonense. Es licenciada en diseño de interiores y creadora de Natural Yansi, una plataforma digital que se dedica a trabajar por el reconocimiento y rescate de las raíces panameñas usando el cabello como punto de partida. Sielka Sánchez trabaja con diversas acciones: conversatorios, talleres y foros. Su objetivo es hablar de la discriminación hacia el cabello afro. También es vicepresidenta de la Red de Jóvenes Afropanameños. Recientemente ha recibido un reconocimiento de Exceptional Women of Excellence que reconoce la labor de mujeres líderes que han hecho una contribución importante a la sociedad y que siempre han sido activas en ayudar a sacar lo mejor de ellas.
¿Cómo y por qué nace Natural Yansi?
Este es un movimiento internacional. Siempre me gustó seguir cuentas que se dedicaran a educar sobre llevar el cabello natural. En una conversación con una de mis primas, le mencione que aquí en Panamá no hacían este tipo de actividades y ella me respondió que era buena idea que lo hiciera yo. Al día siguiente me encontraba abriendo las cuentas en redes sociales. Esto nace de una necesidad de compartir con mujeres que, al igual que yo, en su momento nos encontrábamos solas lidiando con la transición del cabello de alisado a rizado y los malos comentarios que esto trae consigo. Aquí nos damos apoyo.
¿De dónde surge el nombre de esta organización?
Es bastante sencillo en realidad: “Natural” por el cabello libre de químicos y “Yansi” es la mezcla de mi primer y segundo nombre (Yanilka). Soy yo, pasando por un proceso.
¿Consideras que, a pesar de movimientos como el tuyo, aún existe discriminación racial en Panamá?
Si, lastimosamente. Porque aunque ahora somos más las mujeres que nos atrevemos a llevar el cabello al natural, continuamos siendo la excepción y no la regla. Es decir, para muchos no es algo “normal”, y piensan en que este movimiento es algo pasajero, una moda transitoria y por ende aún se nos impide aplicar para ciertas plazas de trabajo, porque nuestro cabello, según ellos, no luce profesional. Por eso debo seguir trabajando. Al igual que yo, hay otras chicas que predican sobre este tema, por lo que creo y espero que en un futuro se comprenda que este es el cabello con el que nacimos y no es una obligación modificarlo a gusto de reglas empresariales.
¿Qué es lo más difícil de ser una mujer afrodescendiente?
Creo que todos los estereotipos que nos rodean, dentro y fuera del país. Debemos demostrar con mayor fuerza que somos capaces de cualquier cosa. Muchas personas no perciben o no se dan cuenta que se fijan primero si tengo la nariz ancha, los labios gruesos, la piel negra como la noche o el cabello afro, sin importar si tenemos cinco títulos universitarios o 20 maestrías. Un ejemplo claro: en una entrevista de trabajo me dirán, no cumples con los requisitos, cuando en realidad quisieran decir no te contratamos por ser afrodescendiente y desde ese punto hay discriminación. Así que lo más difícil, desde mi perspectiva, es demostrar que somos capaces.
¿Consideras que también se deben promover otro tipo de etnias en Panamá?
Claro que sí, nuestros pueblos originarios Tenemos más de cinco idiomas con ellos, aunque muchas personas lo siguen llamando “lenguas”, deberíamos aprenderlas en las escuelas. Los chinos tienen más de 150 años en Panamá y las personas los continúan tratando como extranjeros. ¿Cuantos panameños saben el nombre del dueño o dueña de la tienda de la esquina que ya nació aquí? Me parece una falta de respeto que a todos los llamemos chinos.
¿Cómo es la Panamá que sueñas?
Sueño con ciudadanos más empáticos y tolerantes respecto a toda la diversidad que nos rodea en esta ciudad tan pequeña. Sin ningún tipo de discriminación y que vivamos en completa armonía.