entre el bienestar y los negocios

Itzel Díaz

Autor: Isaac Melamed
Foto: Eduardo Molino

Itzel Díaz es promotora de bienestar y consultora de negocios. Realizó sus estudios en ingeniería electrónica y obtuvo una maestría en administración enfocada a negocios digitales y telecomunicaciones en Madrid. Al regresar a Panamá, se dio cuenta de que estaba trabajando hasta 12 horas diarias y trató de buscar un balance. Por eso empezó a hacer pilates. Un tiempo después renunció a su trabajo debido al clima laboral. Empezó a hacer consultorías de manera muy orgánica. Díaz también es una de las creadoras del festival Panamá Hace Yoga. Es propietaria de Muy Lila, un emprendimiento de productos amigables con el ambiente, Amapola Panamá, una línea de higiene femenina ecológica y Sale Flow, su empresa de consultoría y asesoría de negocios.

¿Cuáles son las claves para comenzar a emprender?

Lo primero que yo siempre digo, es que se debe tener muy claro cuál es su propósito. Uno no emprende solo por plata. Si tú quieres hacer dinero, hay muchas otras maneras de hacerlo, puedes buscar un buen trabajo, buscar maneras de invertir, organizar tus finanzas personales para ahorrar. La idea es que tengas un propósito, que quieras resolver algún problema o trabajar en algún tipo de industria muy específica de una manera muy específica. También tienes que saber que emprender es un estilo de vida. Tienes que estar dispuesto a asumir el riesgo y a tomar todas tus decisiones.

¿Qué lecciones has aprendido?

En mi caso, yo decía que si pudiera volver atrás, hay algunas cosas que haría diferente. Me pararía detrás de mis marcas por este tema de que: “Esta chica hace de todo, entonces ¿qué hace?”. Eso me generó confusión. En el momento en el que lo tienes claro, lo puedes comunicar mejor y la gente lo va a entender y vas a poder pararte detrás de tus marcas sin ningún problema. Tienes que buscar desarrollar tu negocio, y eso no lo puedes hacer tú solo. Tienes que buscar alianzas o marcas con productos complementarios. Lo otro es no tener miedo a pedir ayuda. La gente que está emprendiendo siempre está abierta a escuchar ideas y a compartir experiencias contigo.

Como consultora, has tenido que ver una serie de tipos de personas y empresas. ¿Cómo te ha ayudado esto para tu crecimiento personal y profesional?

A mí me genera mucha creatividad entender las diferentes situaciones y ver cómo puedes aplicar soluciones de una industria a otra. También generas mucha empatía. Tienes que aprender a entender la situación en la que la otra persona está y saber comunicar, sobre todo cuando haces análisis financieros, la realidad financiera del negocio. Tienes que decirle las cosas a la gente sin que se desanimen, sobre todo cuando tienes que dar malas noticias.

Tienes estos pequeños proyectos que tienen que ver con bienestar. ¿Cómo decidiste que podías hacer algo para compartirlo?

Al principio fue una oportunidad o algo que dijimos que queríamos hacer. Fue un proyecto muy puntual con fecha de inicio y de fin. La respuesta fue tan buena que dijimos que teníamos que continuarlo. Llegó un momento en que Panamá Hace Yoga empezó a crecer solo. De alguna manera estaba alineado con nuestros valores, pero no fue hasta después del segundo festival que decidimos pensar: “¿Qué vamos a hacer con esto? ¿Qué queremos lograr?”.

¿Cómo es la Panamá que sueñas?

La ciudad con la que sueño es una ciudad en la que la gente hace las cosas bien. Sí podemos lograr una cultura de hacer las cosas con prontitud y exactitud, cumpliendo con ciertos estándares. Desde lo más básico, como no tirar basura a la calle hasta que las obras de construcción se hagan a tiempo, que la gente no tire el caliche en la tubería, que no se tapen los desagües, que la gente respete las normas de tránsito. En donde la gente entienda que hacer las cosas bien aporta a la sana convivencia y al progreso de todos.