Del campo a la ciudad

Itzel Caballero

Autor: David Alejandro Chacón
Foto: Pich Urdaneta

Esta emprendedora es la voz mandante de Especias K&M, una empresa familiar con más de 12 años en el mercado y que está encargada de la venta y distribución de legumbres, frutas, vegetales y hierbas aromáticas, con base de operaciones en Merca Panamá. Caballero es defensora de los víveres panameños y por eso trabaja arduamente para que llegue lo mejor a la ciudad. Como creyente de lo hecho en casa, apunta a mejoras que eleven la calidad de los alimentos y de esta manera no depender en exceso de las importaciones. Si bien falta mucho camino por recorrer, desde su punto de vista, alimentar a la ciudad con exclusivo sello panameño, es algo que se puede lograr con trabajo y disciplina.

¿Cuál consideras que ha sido tu aporte a la ciudad?

He sido como una vocera para transmitir que cada vez más estamos consumiendo los productos derivados del agro que fabricamos en nuestro país. Además, desde K&M hemos comercializado la idea de que el cliente debe alimentarse de manera más sana y sin tantos pesticidas ni químicos.

¿Se puede decir que K&M ha alimentado a esta ciudad?

Claro que sí. Y lo mejor es que ha sido de forma saludable, de forma sana y con muy buena calidad. Somos gente joven, quizás no con muchos años como otros, pero hemos aprendido bastante y tenemos las ganas para seguir apoyando un rubro tan importante como es la alimentación.

Naciste en Chiriquí, ¿qué te atrapó de la ciudad?, ¿qué te enamoró?

Si bien crecí entre mucho verde, en el campo, el Canal de Panamá es lo máximo. Es como un amor a primera vista. Verlo desde arriba, ver los barcos. Es un orgullo que solo el que lo ha vivido puede contar.

¿Qué significa esta ciudad para una chiricana?

Yo la adopté como mía. Es aquí donde trabajo y vivo. Y para mí significa pureza, mucha prosperidad. Amo esta ciudad y mi país entero.

¿Qué mensaje le darías a la ciudad por sus 500 años?

Le diría que siga creciendo, pero que sea más humana. Que ese regalo que nos ha dado Dios no debemos perderlo. Que debemos sacar en todo momento ese corazón puro que tenemos los panameños.

¿Y qué regalo le darías?

Una fuerte oración para que Dios siempre nos tenga bajo su abrigo, porque si eso pasa, siempre seremos prospera-dos. Esta ciudad, en general, está bendecida por muchas cosas. Su gente, sus barriadas, su comida, su música. Son muchas cosas a la vez y es imposible no sentirse orgullosa de esta ciudad que llegó a 500 años de fundada.

¿Qué le cambiarías a la ciudad?

Que tenga una mayor conciencia con los desechos de basura y plásticos. Son problemas terribles que no hemos podido corregir, pero hay que insistir hasta conseguirlo.

¿Cómo es la Panamá de tus sueños?

Una ciudad con calidad de vida y con mucha humildad. Una ciudad en la que la tecnología siga avanzando, pero que prevalezca la pureza humana. Una con mucho tricolor en nuestras frutas y en todo lo que cultivamos.