Elevar la conciencia del ser humano

Ianna Borrell

Autor: Karin Caballero
Foto: Javier Sucre

Publicista de profesión. Tiene más de 20 años haciendo labor social y ahora es directora y fundadora de la Fundación Doctor Yaso Panamá – Payasos de Hospital. En el 2016 fue nominada en Héroes por Panamá, un programa que premia y resalta la labor personas que con sus buenas acciones aportan y transforman vidas a través del voluntariado. También se preparó para ser life coach y así brinda asesorías para empoderar a la gente, especialmente si se trata de crear alguna obra social. Mantiene un espíritu emprendedor y humanitario indescriptible que la hace trabajar sin parar en todo lo que considera que falta por hacer.

¿Por qué escogiste a Panamá como destino migratorio?

Es larga la historia, pero se resume en amor, ya que mi papá, Hugo Borrell, es panameño y cuando él viajó a Venezuela para estudiar aviación en la fuerza militar conoció a mi mamá, Zulma, se enamoraron y se casaron. Así que durante toda mi niñez y juventud venía a visitar a mi familia paterna. Me encantaba porque cada vez que lo hacía encontraba un edificio más alto y veía cómo iba creciendo esta ciudad. Luego, en el 2012, me vine con mi esposo por un trabajo de un proyecto de televisión de dos años, pero al final nos quedamos aquí porque estamos como en casa. Curiosamente mi papá sigue en Venezuela, porque allá vivió la mayor parte de su vida.

¿Cómo y dónde nació Doctor Yaso?

Doctor Yaso en una fundación sin fines de lucro que nació en Caracas, Venezuela, en el año 2005. Luego de un desastre natural, los damnificados refugiados en albergues recibieron la sorpresa de un grupo de payasos de profesión que se unieron con el objetivo de animar a esa gente. Fue tanta la aceptación que franquiciaron la fundación, siendo esta la primera de tipo social en Venezuela y la tercera en el mundo. Hace seis años me tocó venirme a Panamá, busqué si hacían esta labor aquí, pero no encontré nada parecido. Así que decidí traerme la franquicia y fundar Doctor Yaso Panamá – Payasos de Hospital. A la fecha, llevamos aproximadamente 67 mil niños atendidos solo en hospitales, porque llegan a ser mucho más cuando vamos a las comunidades y en actividades con otras ONG.

¿Podrías contarnos algunas anécdotas que tienes trabajando en la fundación?

Son muchas alegres, tiernas y otras difíciles de explicar porque son muy sensibles. Nos ha tocado acompañar niños que están en sus últimas horas de vida, eso es muy profundo. Pero no solo los acompañamos a ellos, sino a sus padres. Muchas veces los pequeños no están conscientes de lo que está sucediendo, son sus familiares los que se preocupan por la situación: desde cómo pagarán la cuenta del hospital, hasta cómo se sostendrán en esos días. Llegamos y transformamos el ambiente, llevando abrazos, alegría y risas; también al personal hospitalario, que es el que pasa mayor tiempo en estos lugares.

¿Qué es lo que más te gusta de tu labor?

Lo que más me llena es formar a otros voluntarios, con las herramientas necesarias y específicas, para hacerlo bien. El poder elevar la conciencia del ser humano, porque estamos como dormidos, necesitamos gente que motive a los demás, más allá de nuestras propias circunstancias.

¿Cómo es la Panamá de tus sueños?

Sueño con una ciudad donde haya igualdad y sensibilidad social. Donde la gente se preocupe y se ocupe del otro, sea quien sea. No es necesario tener una fundación. Como parte de la comunidad debo ver en qué contribuyo para un mundo mejor. Una ciudad donde haya inclusión, donde no exista el egoísmo, porque este es el mal de las sociedades. Un lugar donde las personas se den cuenta de su llamado, donde sea que puedan hacer algo, ambiental, animal o humanitario.