Cirugías con paso seguro

Ariel Racine

Autor: David Alejandro Chacón
Foto: Gustavo Ledezma

El reputado médico panameño, con estudios de especialización en ortopedia pediátrica en The Johns Hopkins Hospital en Baltimore, Estados Unidos, es el coordinador médico de “Pasito Seguro”, un proyecto que nació el 1 de noviembre de 2005 gracias al esfuerzo del Club Activo 20-30 Panamá Noreste y que hasta el 2017 había beneficiado con cirugías ortopédicas (tejidos blandos) a más de 300 niños y jóvenes entre los cinco y los 18 años de edad. En 2018 se tenía previsto atender a unos 30 niños más, por lo que la cifra de favorecidos debía seguir creciendo. Racine soñó desde niño con ser galeno para poder salvar vidas y un tiempo después su aporte a la medicina panameña ha sido invaluable.

¿Por qué nació Pasito Seguro?

Tras una visita fortuita, celebrando curiosamente un Día del Niño, notamos en una población infantil que muchos necesitaban cirugía. Me acerqué a varios padres y les dije que sus hijos con una operación podían mejorar mucho.

¿Qué le dijeron los representantes?

La madre de una niña de cinco años me respondió, después de decirle que si la operábamos podía mejorar, que le estaban cobrando cinco dólares para una intervención, y que de dónde ella iba a sacar esa plata. De una vez dije, “tengo que hacer algo”, y así comenzó la historia. Hay extrema pobreza que muchas veces se pueden maquillar con edificios bonitos y avenidas muy amplias, por eso hay que conocer todas las realidades.

¿Cuántas veces le han dado las gracias?

Muchas. Hubo una señora que tras la cirugía de su niño, quien pudo recuperarse y caminar, vino por años, se llevaba toda la ropa de los niños del hospital, la lavaba y la traía al otro día sin pedir nada a cambio.

¿Qué es lo que más le gusta de Pasito Seguro?

Que se han visto los resultados. Yo estoy seguro de que un tercio de ellos nunca va a caminar, pero si los estamos ayudando a por lo menos sentarse bien y hacer otros movimientos, el trabajo se está haciendo.

¿El momento más emotivo tras las operaciones?

Un niño, que después de operado y realizar su proceso de recuperación, regresó al hospital y me dijo, ‘mire doctor, ya puedo caminar’. En ese momento supe una vez más que es para lo que siempre he trabajado, amo mi profesión y amo ayudar a los demás.

¿Principal razón para seguir trabajando en este proyecto?

Por amor a la niñez… Ese es mi motor. También puedo decir que como agradecimiento porque tengo hijos y nietos muy sanos.

¿Qué más necesita Pasito Seguro?

Un buen censo dentro de la ciudad porque hay padres que por pena esconden a estos niños discapacitados. Además, dotar de puntos de adiestramientos a los centros de salud pues los muchachos necesitan terapias tras la operación.

¿Cómo es la Panamá de sus sueños?

Una ciudad amigable en donde las personas discapacitadas puedan moverse fácilmente, que reúna buenos ambientes para todos sin exclusiones. También donde reine la paz y el amor fraterno.