Contar lo jamás contado
Sol Lauría
Autor: Daniel Molina
Foto: Javier Sucre
La periodista Sol Lauría es cofundadora de Concolón, miembro de la Mesa Editorial de Connectas y directora del especial Duelo. Memorias de una Invasión. Como cronista, ha publicado en Revista Anfibia (Argentina), El Faro (El Salvador) y los libros Un mundo lleno de futuro (Planeta) y Los Malos (UDP).
¿Con qué objetivo se forma el colectivo de periodistas Concolón?
El sueño detrás de Concolón es saldar muchas de las deudas que, para nosotros, tiene el periodismo con Panamá: contar las historias jamás contadas por acá. Esto es: aquellas que nunca se escribieron o esas de temas recurrentes que se publican sin un foco, mirada o voz propia. La clave es contarlo magistralmente bien. Para eso, era necesario capacitarnos: mejorar el nivel del periodismo, agudizar la mirada, pensar las preguntas y los temas. Por eso, hicimos ocho talleres con los mejores maestros del género en español, tres Semanas Crónicas y más de 20 conversatorios y eventos, en alianza con 21 instituciones públicas y privadas. Después de pensar, mirar, escribir y editar, contamos: en un libro, en la revista y en el especial Duelo. Memorias de una Invasión.
¿Cuál ha sido la reacción ante este especial?
La Invasión, que es el tema de Duelo, es un ejemplo de un tema remanido pero sin un enfoque en Derechos Humanos. Nuestro proyecto tenía ese foco: las víctimas y sus memorias, las promesas detrás de La Invasión y las deudas de la democracia, la experiencia comunitaria que algunos leen como una liberación y otros como un trauma. Nosotros decidimos hablar mucho sobre el tema antes de contar: con las víctimas, con especialistas, con protagonistas, con periodistas. Lo hicimos en conversatorios abiertos y cerrados, en talleres, en reuniones. Rastreamos también todos los documentos y libros publicados, los leímos y compartimos con el equipo. Luego, publicamos nueve crónicas que intentan vivificar los procesos de memoria en torno a La Invasión y, una vez publicada, abrir la conversación: compartir experiencias en una publicación pública con el #CuentaLaInvasión. El resultado parcial, porque aún es un proceso, es conmovedor.
¿De qué ciudad nos habla el libro Panamá, la ciudad entre papeles?
Panamá, la ciudad entre papeles es un libro sobre la ciudad que vivimos o sufrimos. Porque aunque es pequeña en comparación con otras de la región, la ciudad de Panamá tiene algunas dinámicas de pueblo pero muchos de los problemas de cualquier megalópolis tercermundista: desigualdad, degradación medioambiental, exclusión, violencia y un machismo campante. El sello de lo urbano aquí es un paisaje inflado por los intereses privados y, por debajo y a los costados, el rugir de las consecuencias de la especulación: avenidas asediadas, acueductos desbordados, las pocas veredas plantadas con carros que vuelven imposible algo tan simple como caminar. El libro, en fin, revela lo que somos: la gordura, las cicatrices, el pus, pero también la vitalidad, la fuerza y el flow de gente que, en medio del agobio y la violencia y los carros siempre a punto de chocar, empina en el espacio de la ciudad la determinación de estar, ser y soñar.
¿Cómo es la Panamá que sueñas?
Una ciudad inclusiva, que tienda a ser un espacio de oportunidades individuales para el bienestar general. Porque si no es un terreno para la felicidad, la ciudad es una falla. Y un periodismo que justamente pueda contar magistralmente eso: las pequeñas o grandes historias de desigualdad, los esfuerzos por construir espacios más justos y solidarios, las violencias cotidianas que se normalizan y, por eso mismo, pasan desapercibidas. Entre otras cosas.